La Hermandad de la Virgen de las Maravillas de Cehegín celebrará este verano el 291 aniversario de la llegada de la imagen al municipio.
Será el próximo 25 de julio con una misa solemne a las 20:00 horas en su santuario. Después se presentará el cartel del novenario de septiembre en honor a la patrona que ha sido realizado por Pedro López.
La Hermandad invita a todos los cehegineros a acompañar a la Virgen de las Maravillas en este «importante y emotivo acto».
Si hacemos historia, sobre todo para los más jóvenes, hay que recordar que la imagen llega a Cehegín en 1725. Al parecer, un par de años antes, el Hospital había adquirido una Virgen de la Piedad, procedente de Italia. Al padre guardián del convento franciscano de San Esteban le gustó tanto que negoció a través de un conocido de Cartagena la compra de una «imagen de la Virgen con el Niño en sus brazos» en los mismos talleres napolitanos.
El barco que transportó la talla arribó en el puerto de Cartagena el día de la Virgen del Carmen, el 16 de julio de 1725. Dos días después fue desembarcada y llevada a una casa donde la expusieron en un altar durante cuatro días.
La gente preguntaba el nombre con el que se iba a invocar a esta imagen y el padre opinaba que el de “Maravillas”, aunque no estuviera acuñado en el santoral como nombre propio de la Virgen.
Como Cartagena quería la talla, era peligroso quedarse allí más tiempo y el 23 de julio salieron de la ciudad en dirección a Fuente Álamo, villa de Totana y Lorca. Por el campo de Caravaca de la Cruz llegaron al caserío de la Encarnación y de allí a “Cañalengua” (a 6 km. de Cehegín) donde hacian guardía los cehegineros encargados de anunciar la llegada. La multitud delirante de entusiasmo la vitoreaban, mientras los soldados descargaban los fusiles atronando el aire.
Así, en romería llegaron a la entrada del viejo Cehegín, el ‘Partidor’, junto a la ‘Bodeguica’, donde todo el mundo repetía el nombre de ‘Maravillas’ como una sola voz. Después llevaron a la Virgen a la parroquia que no se cerró en toda la noche.
Al día siguiente, 26 de julio, día de Santa Ana, se trasladó al convento franciscano de San Esteban, extramuros de la villa, donde se le venera hasta hoy.
Stevie 20 agosto, 2016 a las 7:01 pm
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