Pedro Chico Cánovas nació el día 6 de enero de 1.896 en El Berro, pedanía de Alhama de Murcia situada a 620 metros de altitud y que cuenta, en la actualidad, con tan solo 170 habitantes, lo que hacen de ella un lugar paradisíaco enclavado en la hermosa Sierra Espuña. Fue bautizado en la iglesia de La Virgen de los Dolores de dicha villa el día 12 de enero del mismo año.
Era hijo de Ramón Chico Suárez (hermano del insigne maestro y pedagogo ceheginero Martín Chico Suárez) y de Josefa Adoración Cánovas López, natural de Alhama de Murcia. Hacía poco que Ramón había enviudado de su anterior esposa Concepción Rubio Pascual, de la que no tuvo descendencia, empezando una nueva andadura junto a Josefa en esta pequeña población alhameña, administrando las tierras de un acaudalado aristócrata.
Ramón y Josefa, sus padres, se casaron en Alhama el día 13 de abril de 1.893. Fue en El Berro, su lugar de trabajo, donde tuvo a sus cuatro primeros hijos: María*, Pedro, Enriqueta y Josefa; el resto de sus hijos, José Antonio, Antonia, Ramón, Trinidad*, Consuelo*, Carmen y Consuelo* nacerían ya en Cehegín tras su regreso. En total fueron once los hijos que el matrimonio trajo al mundo.
Pedro contrajo matrimonio con la caravaqueña Juana Sánchez-Guerrero Martínez y tuvieron cuatro hijos: Antonio, fallecido en Rusia; Adoración, que aún vive en el país eurasiático; Luisa, fallecida recientemente en la ciudad alemana de Paderborn y Consuelo Chico Sánchez-Guerrero que reside en Madrid. En realidad no fueron cuatro sino cinco los hijos de Pedro y Juana, ya que ella aportó al matrimonio un hijo de otra relación anterior llamado Daniel, al que Pedro no dudó en reconocer desde el primer momento como uno más de la familia.
Juana era hija de la famosísima artista de variedades y cantante de estilo español allá por los primeros años del siglo XX, Antonia Martínez Burruezo «La Salerito», que nació el 23 de julio de 1.881 en Caravaca de la Cruz (Murcia).
La Salerito, fue una artista de primer orden que llevó el arte español por los confines del mundo sin olvidar sus orígenes murcianos. Llegó a cosechar grandes éxitos, llenando los escenarios allá donde iba tanto de España como Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao o Sevilla o de Hispanoamérica, en ciudades de la categoría de México DF, San José de Costa Rica o La Habana. Hoy, por fin, se le reconoce en su ciudad natal, Caravaca de La Cruz, como la artista de categoría que fue.
A Pedro Chico Cánovas puede considerársele un verdadero patriota y héroe español, ya que luchó en 1.924 por la soberanía española en el norte de África; la conocida como «Guerra del Rif» durante la dictadura de Primo de Rivera, enrolado en la Legión Española con rango de sargento. Además, un hecho singular marcó su andadura militar siendo aún cabo de la 8ª compañía: dándose cuenta de que su oficial acababa de caer gravemente herido, corrió hacia él permaneciendo a su lado y haciendo fuego con una ametralladora hasta que el enemigo hubo de replegarse. Tras socorrerle y poniendo en serio riesgo su integridad física, le evacuó hasta el puesto de socorro. Tras este hecho heroico le llegó el ascenso a sargento de La Legión. Una grave herida de bala en un hombro acabó con su carrera militar en el año 1.925.
Fue republicano y socialista por convicción. Se puede decir de él sin temor a caer en ningún tipo de agravio ni expresión peyorativa, que era ‘rojo’ en el más amplio sentido de la palabra; él se sentía así y como tal vivía. Su actividad revolucionaria le llevó a entrar en política durante la segunda república, ostentando el cargo, primero de concejal y luego de alcalde de Cehegín por un corto espacio de tiempo (del 18 de abril al 23 de septiembre de 1.931), siendo el primer edil de la villa de dicho periodo. Desde el balcón del Ayuntamiento, aún hay quien recuerda sus fogosos mítines de exaltación de las virtudes de la II República y el ideario socialista.
Más tarde, metido ya de lleno en esas lides, ingresó en el Comité Revolucionario de la República, haciéndose cargo de Cehegín. Llegó a ser candidato del PSOE al Congreso de los Diputados por Cuenca en las elecciones generales de 1.933, aunque no salió elegido.
Ya estaba viudo de su esposa Juana cuando se encontraba en Madrid en los albores de la contienda bélica. A sus dos hijas menores, Luisa y Consuelo, las dejó bajo la custodia de sus hermanas Enriqueta y Josefa que residían desde hacía tiempo en la capital de España, mientras a sus dos hijos mayores, Antonio y Adoración, les mandó a Rusia -o la joven URSS como se le conocía entonces- según unos, para que fueran formados en la máxima expresión del modelo socialista y según otras versiones, para ponerles a salvo de futuras represalias, sabedor de que si el bando republicano acababa perdiendo la guerra, él podía caer y pensó que era lo mejor para el futuro de sus vástagos. El caso es que estos dos niños ya no regresaron. En tierra soviética crecieron y se educaron. Allí formaron sus familia y, solo al cabo de muchos años, Adoración, aquella niña de la guerra, volvió a Cehegín a visitar la tierra que le vió nacer.
Pedro Chico murió en Madrid en extrañas circunstancias cuando viajaba en la grupa de una motocicleta el día 18 de julio de 1.936, justamente el día de la sublevación de las tropas comandadas por el general Franco. Un tiro lejano acabó con la vida de este hombre intrépido y revolucionario que se entregó en cuerpo y alma a la causa en la que creía. Con él abandonaron también este mundo sus dos únicos hermanos varones José Chico Cánovas, fusilado el 31 de junio de 1.939 en el paredón del arsenal de Cartagena y Ramón Chico Cánovas, fusilado el 29 de octubre de 1.940 en el cementerio del Este de Madrid. Ambos habían luchado en el bando republicano enrolados en la marina de guerra. Así mismo, Daniel, su hijastro, que luchaba también en el ejército republicano con el rango de teniente, cayó en la batalla en 1.937. Una verdadera tragedia familiar.
Estos hechos deben contemplarse ya solo desde la naturaleza histórica de algo que ocurrió hace 80 larguísimos años. Solo cabría preguntarse si eran necesarios tanto sufrimiento y muerte. ¡Qué duro debió ser para Ramón y Josefa, sus padres, perder tres hijos casi al mismo tiempo en una triste guerra fratricida!
Yo solo me he limitado a contar los hechos de la manera más fidedigna posible, basándome en testimonios familiares y de las pocas personas que todavía recuerdan algo, u otros testimonios que son de dominio público y sobre todo, en un largo y agotador rastreo a través de los archivos históricos.
Valórese la controvertida figura de Pedro Chico Cánovas como se quiera; para unos fue un gran socialista y otros pensaban que su compromiso político era demasiado apasionado; pero una cosa es segura: fue un hombre valiente que dejó una profunda huella tanto entre sus detractores como en los que le admiraron.
*María nacida en El Berro, era conocida en Cehegín como Luisa y falleció en esta localidad el día 20 de febrero de 1.928 a los 35 años de edad. Estaba soltera.
*El dato que aporto sobre el nacimiento de Trinidad es estimado, ya que no he encontrado información alguna sobre ella; solo me consta su existencia y que nació después de 1.910.
*Hubo una Consuelo que falleció a los 38 meses de nacer el día 26 de enero de 1.917 víctima del cólera.
*Me consta que posteriormente nació otra niña a la que se le puso también Consuelo y que se marchó a vivir a Madrid. Fue la última de los hijos de Ramón Chico Suarez y Josefa Cánovas López.
Antonio Peñalver Corbalán
20 de diciembre de 2.016
Ramona 29 enero, 2017 a las 3:34 pm
Gracias Antonio Peñalver, por este artículo de Pedro Chico Cánovas,es admirable el trabajo que haces, te lo agradezco , porque estas enriqueciendo mi existencia, cosas que yo sabía en pinceladas de mi familia, tu le has dado color,la familia de mi abuelo Virgilio ha estado rodeada de dolor por las circunstancias que les tocó vivir, pero aportaron su sabiduría y su saber estar a la sociedad de esa época.