La Guardia Civil de la Región ha investigado a 4 vecinos de Calasparra (varones, españoles, con edades comprendidas entre los 25 y los 65 años), dentro de la operación ‘Dupondio’ en la que ha sido desmantelada una organización criminal dedicada a la expoliación y venta, a través de Internet, de miles de piezas de origen arqueológico y paleontológico.
La investigación, que comenzó el pasado mes de junio y aún continúa abierta, ha culminado con la instrucción de diligencias contra otras 3 personas de Málaga, Córdoba y Segovia. Todos son presuntos autores de los delitos de apropiación indebida y de expolio de bienes de origen arqueológico y paleontológico, y se les han incautado 3.000 monedas antiguas y 20.000 piezas entre mosaicos, cerámicas y abalorios.
La operación, enmarcada en el ‘Plan para la defensa del Patrimonio Histórico Español’, se inició cuando la Guardia Civil detectó la venta de monedas y otros objetos metálicos de origen arqueológico a través de Internet. Especialistas en Patrimonio Histórico de la Guardia Civil recabaron de las distintas plataformas digitales información que permitió averiguar la identidad de la persona que las ofertaba, así como datos de más de dos mil transacciones por la venta de monedas y objetos antiguos.
Las pesquisas practicadas en torno a un vecino de Calasparra, destaparon una red de personas (piteros) que, supuestamente, se encargaba de la obtención de las piezas con el empleo de detectores de metales en los yacimientos arqueológicos. Más tarde las entregaban a este supuesto cabecilla, que se encargaba de mejorar su aspecto para venderlas a través de Internet. Una vez materializada la venta, cada pitero recibía un porcentaje de la transacción económica.
En su taller se incautaron cerca de 2.000 monedas antiguas, así como libretas con anotaciones que permitieron identificar a otras seis personas, residentes en Calasparra y en las provincias de Córdoba, Málaga y Segovia, supuestos piteros que entregaban las piezas expoliadas para su limpieza y venta.
En otro inmueble, sito en Abarán, la Benemérita se ha incautado de la mayor parte de las piezas, cerca de 20.000 objetos, entre los que se encuentran pesas de telar de barro y de plomo de origen ibérico, proyectiles de honda de plomo, hebillas visigodas y medievales, fusayolas, hachas pulimentadas, fragmentos de mosaicos, molinos de mano, anillos, colgantes y otros abalorios antiguos, así como gran cantidad de cerámicas de diversas culturas con un marco cronológico que abarcaría desde finales de la Prehistoria hasta la época islámica.
Entre las monedas más significativas figuran un triente visigodo y una pieza islámica, de oro y valoradas en cerca de 1.000 euros. También destacan grandes fragmentos de ánforas de origen romano, como las denominadas Dressel 20, utilizadas por los romanos durante los siglos I y II d. C. para transportar el aceite de oliva fabricado en el sur de la Península Ibérica. Y miles de restos paleontológicos pertenecientes a yacimientos cretácicos, como ammonites y equinodermos, así como gran cantidad de moluscos bivalvos.
Incluso hay restos craneales y otros fragmentos óseos humanos procedentes del expolio de las necrópolis murcianas de la antigüedad. Se da la circunstancia de que en la mayoría de las necrópolis, el cadáver del difunto iba a acompañado de un ajuar que podía contener recipientes cerámicos diversos, así como objetos metálicos tales como anillos, pendientes, armas, monedas, etc., por lo que estos lugares suelen ser una de los objetivos más codiciados por los expoliadores.
Forman parte de los materiales arqueológicos decomisados restos craneales y otros fragmentos óseos humanos procedentes del expolio de las necrópolis murcianas de la antigüedad. Se da la circunstancia de que en la mayoría de las necrópolis, el cadáver del difunto iba a acompañado de un ajuar que podía contener recipientes cerámicos diversos, así como objetos metálicos tales como anillos, pendientes, armas, monedas, etc., por lo que estos lugares suelen ser una de los objetivos más codiciados por los expoliadores.
Las diligencias practicadas y los objetos decomisados han sido depositados en los Museos Arqueológicos de Murcia y de Cieza a disposición del Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción número 1 de Mula (Murcia).
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