«Estábamos esperando a la cabalgata de los Reyes Magos, pero cuando se acercó una de las carrozas, tuvimos que llevarnos al niño porque el ruido era insoportable». Este es un comentario que hemos escuchado en Bullas, en casi cualquiera de los actos festivos. La mayor potencia de los equipos, junto con la falta de percepción sobre los riesgos que se corren, hace que el volumen haya ido subiendo año tras año de manera que, si resulta molesto para los espectadores, e incluso perjudicial, es claramente inadecuado para las personas que participan en el desfile, sobre todo cuando entre los participantes y el público suele haber muchos niños. Son muchos los estudios que demuestran que cualquier ruido mayor de 90 db puede llegar a ser lesivo para los seres humanos.
En ‘Vecinos por Bullas’ entendemos que, en cuanto a los niveles de ruido, en estas fiestas donde participa público de todas las edades, se debería garantizar, en la medida de lo posible, que los niveles de exposición sean saludables. Por eso llevamos una propuesta al pleno de marzo. Fue aprobada por unanimidad.
Estudiar el nivel de ruido de los desfiles y otros actos festivos de la localidad, establecer límites saludables en una nueva ordenanza sobre contaminación acústica, implantar medidas preventivas para evitar superar dichos niveles y realizar campañas de sensibilización son, a grandes rasgos, los compromisos acordados por unanimidad en el Pleno, a propuesta de Vecinos por Bullas.
Aún falta mucha concienciación en este sentido, en nuestras vidas cotidianas los hábitos en cuanto al ruido son poco saludables; basta escuchar el volumen al que ponemos la televisión, reproductores de música, móviles, etc… Los altos niveles de ruido pueden causar pérdidas auditivas, alteraciones psicológicas, digestivas o de la presión, entre otros trastornos.
Al menos, en Bullas se da un paso más desde el ayuntamiento para que en los actos que organice procuremos cuidar la salud de todos.
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