Hoy, 23 de abril, ya plena primavera, aunque este año parezca menos, es el Día Internacional del Libro. Estamos en una enhorabuena amalgamada con una enhoramala, por desgracia, a causa del drama que día a día andamos viviendo, paso a paso, con lentitud, como suele suceder con aquello que nos hace infelices. Pero esta situación solo conseguirá que, pasado el trágico momento, nuestra felicidad, que siempre es relativa, sea más grande, porque siempre, acabado lo malo, lo bueno se siente más y mejor.
Es, en efecto, el Día Internacional del Libro. Hoy me pedía mi querido concejal de cultura, y buen amigo, Juan Martínez, que dijera unas palabras, ya que yo también escribo, no sé si seré o no escritor, pero lo cierto es que enhebro frases de vez en cuando, que a veces se convierten en algo parecido a una narración.
De lo malo también obtenemos cosas buenas, y de la desgracia que nos ha llegado tenemos algo muy valioso, tema del que tanto y tanto se ha tratado en la Literatura y la Filosofía, el Tiempo. Aprovechemos este tiempo que hemos ganado, esta falta de prisas, la ausencia del cotidiano estrés, para leer. No hay nada más valioso que saber gestionar los momentos. Siempre andamos con la dichosa excusa de que nos falta tiempo para todo, por culpa del trabajo, de las obligaciones, de los deberes familiares, del no sé qué, tanto que no podemos dedicar a la lectura ni siquiera una pequeña parte de nosotros mismos.
Aprovechemos ahora para leer todos aquellos libros acumulados en la estantería de nuestra pequeña biblioteca, que siempre dejamos para mañana, pero cuando llega mañana no es posible, y luego abandonamos pensando en el verano, y resulta que el verano acaba dedicado otras cuestiones más importantes, y llega el otoño, y las prisas vuelven de nuevo y ya nos falta de nuevo el tiempo. O quizá podamos buscar en esas bibliotecas digitales, que está tan de moda hoy en día. Cojamos un libro, muchos libros, y soñemos.
Por estas fechas hubiera ido a dar una charla a uno de los colegios de nuestro municipio, el C.R.A. Río Argos, como ya desde antes de navidades tenía hablado con Marta Gómez Segura, amiga y excepcional profesional de la enseñanza. No ha podido ser por las circunstancias, pero sí que les puedo decir a esos niños que la lectura es el camino al Universo mismo, que para aprender a escribir hay que leer, leer mucho, y sobre todo leer y aprender para que nada ni nadie les pueda robar ni su ilusión ni su futuro.
Todos los días son el Día del Libro. Feliz día.
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