La ceheginera Ángela Molina acaba de publicar ‘Disparo a volar’, su segundo libro de poesía de estilo libre dedicado al amor sincero y sin etiquetas, a través de pequeñas historias con las que cualquier persona puede sentirse identificada, fácilmente.
Molina destaca que «es un disparo de los que salvan, no de los que matan. Al igual que mi primer libro -‘Vuelve a decirme que no’- he vuelto a componer poemas individuales que al final cuentan una historia; aunque son textos totalmente independientes».
A la aventura de escribir en Estado de Alarma se une la de editar. Ángela asegura que «estando confinados, se hacía más difícil el trato con la editorial y mucho más largo el proceso, y yo, que soy muy impaciente, pensé en hacerlo a través de Amazon. De esta forma, en unos días estaría al alcance de todo el mundo y podría hacer más llevaderos estos días en casa».
La joven ceheginera señala que «el dibujo de la portada lo diseñé y maqueté con muy pocos recursos y aprendiendo sobre la marcha. Me apetecía que fuera en blancos y negros; sencillo; muy transparente. Como el interior, sin pretensiones, pero lleno de verdad. En nada que salgamos del Estado de Alarma intentaré que esté también en todas las librerías locales».
Molina reconoce que en ‘Disparo a volar’ hay una evolución, «pero ha sido casi inconsciente. Curiosamente este libro lo escribí cuando publiqué el anterior, hace tres años ya. Pero no me había decidido a sacarlo a la luz. También quería disfrutar del momento dulce que me dejó ‘Vuelve a decirme que no’ y hasta hace unos días no sentí que ‘Disparo a volar’ también necesitaba salir ahí fuera. Empecé a escribir con unas sensaciones y unos sentimientos, y a la vez que escribía los sentimientos fueron cambiando y evolucionando, y por tanto, eso se refleja en los poemas».
Para Ángela, «escribir cura, al igual que cantar y otros hobbies que tengo, y aunque este libro esté dotado de mucha fantasía, indudablemente, esconde mucho de mí misma. Solo me he limitado a dejar salir lo que había dentro de mí, sin dejar de ser un pequeño homenaje al amor y desamor que vivimos todos».
Ángela añade que «la escritura me relaja, me ayuda a sobrevivir al estrés de estar detrás de una barra, -recordemos que entre otros, obtuvo el Primer Premio en la cuadragésimo tercera edición del ‘Concurso Nacional de Coctelería’ en la categoría de camareros menores de 27 años, y el Primer Premio del ‘XIX Concurso Nacional de Camareros de Sala’-. Soy una persona muy activa y creativa. Necesito estar ocupada las 24 horas del día y, a veces, siento que me falta tiempo para todo lo que me gustaría hacer. Pero siempre ha sido muy espontáneo. Me viene la inspiración y tengo que parar en seco con lo que esté haciendo porque si no, no me concentro ni en una cosa, ni en otra».
Aún no hay comentarios en este artículo