“Toda cultura tiene necesidad de historias y, nosotros de que ellas nos digan quienes somos y de donde venimos”.
Para ello recordaremos que muchos pueblos de la antigüedad pasaron por aquí y dejaron su huella.
Recordemos que el dominio de los visigodos-begastreses desaparece bajo la invasión de los musulmanes. Begastri, población cabeza espiritual de la Deitania (Begastrum caput Deitaniae), perdió su categoría, fue abandonada pero no destruida, pues la Vega del Quípar era cultivada y bien, por los musulmanes. Quiénes la remataron, guiados de un egoísmo feroz, fueron nuestros antepasados cristianos. Digamos también: lo que no hicieron los bárbaros, lo hicieron los Barberini y cimientos de casas, otras piedras y adornos, lápidas mal colocadas en los templos, etc., nos lo confirman.
Pensemos por un momento lo que hubiera supuesto para nosotros haber conservado algunas “roenas” de aquel lugar. ¡Ay, la incuria!
Nuestros antecedentes podrían resumirse así:
- Periodo Neolítico (cuevas de Peña Rubia),
- Culturas argárica e ibérica
- Grecia, godos, romanos, visigodos, árabes y cristianos, toda una riqueza de sangre, de costumbres, de culturas, en suma.
Y esa riqueza, hizo que los cehegineros fueran o sean gentes con gran inteligencia y espíritu emprendedor y aventurero. Me decía don Amancio Marín (el canónigo y catedrático) que se encontró en el Archivo de Indias los nombres de tres cehegineros que iban en las carabelas de Cristóbal Colón; luego tenemos los que estuvieron en Orán, con el Cardenal Cisneros y a ello se debe la construcción del Hospital de Caridad y su aneja la Ermita de La Concepción; después, las otras Américas, y Europa, y Mataró.
En la Aljama de Canara, bajo el actual Santuario de la Virgen de la Peña, estuvo refugiada una comunidad de cristianos procedentes de Begastri que convivió con los árabes a todos los efectos y cuando los Reyes Católicos ordenaron la expulsión de quiénes no abrazasen la religión de la Cruz, no hubo problemas, pues prácticamente ya eran todos cristianos. Pero hay un sufí que se marchó a Alejandría y exclamó
“el agua de estos pantanos
es agua de amargas hieles
porque en ellas, los cristianos
han bebido sus corceles
y se han lavado las manos”
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