Los deseos que tenían el vicario santiaguista de Caravaca, anterior cura de la Magdalena, natural de Cehegín, Lic. don Antonio Carreño Muñoz, y el Cura a la sazón, don Fco. Solano Pareja, de dotar de una torre-campanario al soberbio templo parroquial se han visto cumplidos. El maestro alarife Martín Giménez de la Fuente, secundado por sus hijos Diego y Sebastián, llevó a cabo la obra, pero se apartó de los cánones y estilo de la Iglesia proyectada por Jerónimo Quijano (1525). Los planos fueron retocados por Juan de Praves (1549). Las obras paralizadas las continuó Ginés de Gea (1576). La fachada principal se ejecutó en 1634, y mientras duraronn las obras, los cultos se celebraron en la Ermita de la Concepción.
Ya está la Torre. Hubo que romper bóvedas y arcadas, anular la gran capilla de San Antón y el enterramiento de las familias Álvarez y Castellanos se cegó. El 31 de mayo de 1774 concluyeron las obras y el día 1 de Julio, a las cinco de la mañana se colocaron las campanas llamadas Santa Lucia, San Pedro, la Mayor y la del Reloj, repicando todas a las doce de la mañana.
La pirámide se colocó por la tarde, sentándola con plomo por mano de Andrés del Campo, que era otro gran maestro de obras natural de Caravaca y vecino de Cehegín. Había torre parroquial pero causó desencanto. No correspondía al estilo del templo. Para esta noticia tan atrasada hemos recurrido a esos entrañables cuadernos de bitácora a que eran tan aficionados los antiguos, que tenían tiempo para todo.
Hemos de añadir que Andrés del Campo fue un gran maestro alarife que dejó impronta en muchas obras locales, que da nombre a una calle, aunque modesta, en el Casco Antiguo, desde hace muchos años; y que la mudéjar Ermita de la Concepción, fundación del Cardenal Cisneros -cuya capilla de San Juan estuvo agregada a la de Letrán, sede de los cultos del Hospital de la Caridad, ayer, como hoy- será el lugar provisional de los cultos de Santa Mª Magdalena, mientras duren las obras de remodelación y saneamiento de la que fue «Iglesia Mayor», Parroquia madre de Cehegín, que preside desde la Plaza del Castillo, la vida toda de la ciudad.
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