Tras de varios años de intensa actividad y minuciosas obras de restauración, en julio de 2011 abrió sus puertas al culto y a la admiración de los fieles y demás gentes este templo que atesora uno de los artesanados más bellos de la Región de Murcia y que remonta su fundación a los tiempos en que el Cardenal Cisneros conoció en Orán a un grupo de cehegineros, que le pidieron un hospital para su pueblo, cuando acabase la contienda.
La relación de este Cardenal franciscano data del año 1508, y como algunos cehegineros fueron hechos prisioneros, propició que los frailes mercedarios los redimieran, quedando grabado el nombre de Cehegín en la mente del famoso religioso y hombre de estado.
Los archivos, eclesiásticos, mayormente, fueron expoliados por los franceses en su huída el año 1813 y el resto quemados en el año 1936, pero existían documentos de fecha 26 de noviembre de 1543 por el que para esta Archicofradía participaba en la bula y privilegios de la de Toledo, y, la Capilla de San Juan, de los mismos privilegios e indulgencias que la Basílica de San Juan de Letrán, de Roma, a cuyo derecho de asilo se acogió don Martín de Ambel.
El erudito padre Agustín Nieto, O.F.M. (+) dice en su inédita Historia de Cehegín: La archicofradía de la Purísima, (que tenía los estatutos dados por el Cardenal Cisneros se estableció en Cehegín sin que nos conste la fecha exacta y para cumplir con su hermoso fin social y benéfico determinó construir un hospital donde recoger a los enfermos y prestar más fácilmente los socorros necesarios a los pobres vergonzantes. Escogióse para su emplazamiento la pequeña cumbre del levante sobre el montecillo en que estaba el pueblo, diose al hospital del nombre de Hospital de Caridad.
Al mismo tiempo para que los enfermos y recogidos en el Hospital pudieran con mayor comodidad ser atendidos en el orden espiritual y cumplir sus deberes cristianos y para que los cofrades tuvieran local reservado a la devoción a la Purísima y lugar de enterramiento, empezóse a construir una iglesia, lo suficientemente amplia, lindante con el Hospital…
En el riquísimo Archivo Municipal (“Libro de Ordenes y Veredas” de 1830) consta el informe que en 1771 emiten los comisarios regidores Francisco de Góngora y José Luis Sánchez en el que destacan el estado de las instalaciones.
La ermita de Nuestra Sra. de la Concepción, es una gran fábrica que con el tiempo concitó la devoción de los fieles; templo de extraordinario valor arquitectónico y de proporciones tales que ya quisieran para sí como templo principal muchas poblaciones importantes, y una referencia en archivo particular decía que «es la más antigua de esta villa y antes fue mezquita de los moros», pero, añado, que en cuanto a la cimentación.
Tanto arte acumulado tuvieron a este templo catalogado como uno de los mejores de Levante y de ello se ocuparon historiadores, profesores, académicos y críticos de arte. Fue visitada por prelados de la Iglesia y dignidades de la Orden de Santiago (de la que dependía, a través del Priorato de Uclés), dada su dependencia del Consejo de las Órdenes Militares.
Antes del año 1936 encerraba en sus altares el mayor número de las imágenes que procesionaban en Semana Santa y que fueron destruidas en aquella ocasión, incluso intentaron incendiarla; fue objeto de varias reparaciones a nivel menor, que nunca resolvieron sus graves problemas pues el derribo del anejo edificio del Hospital de Caridad y del Teatro Calderón, habían movido la maltrecha estructura.
Con la bendición de este monumento en 2011, quedaron terminadas las obras de restauración de la Parroquia Mayor de Santa Mª Magdalena, ermitas del Santo Cristo y de la Soledad; con la ayuda económica del Obispado, Comunidad Autónoma, Ayuntamiento de la Ciudad y Fundación CajaMurcia; y con la inteligente colaboración del Párroco de la Iglesia Mayor, Rv. don Serafín Campoy.
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