Hoy voy a comentar las secuelas que dejó en Cehegín la Guerra de la Independencia (1808-1813) y la proclamación en las Cortes de Cádiz de la Constitución, el día 19 de marzo de 1812, llamada por eso ‘La Pepa’; el retorno del rey Fernando VII, el levantamiento del General Riego en Cabezas de San Juan (1820), la prisión del rey y su retorno por la llegada de los llamados ‘100.000 hijos de San Luis’, lo que dividió a los habitantes en ‘liberales’ y ‘serviles’ creando gravísimas secuelas que se irían poniendo en solfa a partir del año 1833, en que falleció el monarca, aunque con otras consecuencias.

Con el levantamiento de Riego y proclamación de la Constitución comenzaron las persecuciones a la Iglesia, y, con ello la expulsión de los frailes de sus respectivos conventos, lo que afectó a los franciscanos del Convento de San Esteban.

Tenemos noticias de lo acaecido en Cehegín y que tal expulsión se llevó a cabo en forma alborotada, subieron la imagen de la Virgen de las Maravillas a la Parroquia Mayor de Santa Mª Magdalena; colocaron en la Plaza de la Constitución y en el Pórtico del Templo las placas conmemorativas; ajusticiaron a dos ‘serviles’, que estrenaron el cadalso de Caravaca; tuvo lugar un encuentro entre ‘liberales’ y ‘serviles’ en el paraje conocido como ‘casas de don Juan Pedro’, mataron  los ‘serviles’ en la calle a un tal ‘poca ropa’, y los ‘liberales’, por la Marrada, a otro llamado Galindo. Entre el 17 de julio y el 18 de agosto tuvo seis alcaldes la villa.

La llegada de los llamados ‘100.000 hijos de San Luis’ devolvió el trono al rey Fernando VII pero comenzó otra nueva etapa de persecuciones, aunque de signo contrario; pero, eso sí, para la Iglesia y las Órdenes Religiosas fue una etapa de paz hasta el año 1833 en que fallecido el rey, durante la minoría de edad de su hija Isabel II, gobernaba su madre, Mª Cristina de Borbón que cayó en manos de los cristinos liberales.

Aquí comenzó otra etapa de persecución a la Iglesia por los fueros de Mendizábal; se llevó a cabo la Desamortización, y la exclaustración de los franciscanos, aunque don Alfonso  Álvarez-Castellanos y don Antonio Chico de Guzmán, desde el Ayuntamiento, consiguieron que el Convento no se vendiera y quedase como ayuda de parroquia, con la Virgen en el Santuario y los franciscanos vestidos de sotana, cual sacerdotes seculares, atendiendo al culto.

Don Alfonso Chico de Guzmán y Belmonte contrajo matrimonio con Dª Patricia Muñoz y Domínguez, sobrina predilecta del segundo esposo de la reina Mª Cristina, don Fernando Agustín Muñoz (el famoso guardia de Corps) a quien los burlonesones madrileños le decían ‘Fernando VIII’.

Comenzaban los tiempos en que se perfilaban lo que serían los partidos liberal y conservador; una nueva etapa, que tendría su desarrollo durante el reinado de Isabel II, en el que destacados políticos cehegineros jugaron un importante papel a distintos niveles. De ello nos ocuparemos otro día.