Cuando llegan las fiestas de San Sebastián, el icono representativo de las mismas es la gran hoguera que se hace en la Plaza del Castillo para conmemoración del Santo. ¿Por qué se realiza esta gran hoguera? En realidad la explicación nos retrotrae hasta la Edad Media, por un lado y, por otro, la única coincidencia del fuego con el Santo mismo era que éste fue patrono y protector contra las epidemias. Desde muy antiguo era costumbre cuando llegaban brotes epidémicos el realizar grandes fogatas u hogueras con la idea, que se creía entonces, de que el fuego y el humo eran elementos que podían ayudar a combatir la epidemia, pues se pensaba que el mal venía por el aire. Era un instrumento que, con otros, se utilizaba como remedio al no conocerse el origen de la enfermedad, independientemente de que se hiciesen rogativas, procesiones y súplicas al Santo para pedir su intercesión, al menos desde que su culto se da en Cehegín.
Por eso, en la epidemia de cólera morbo asiático del año 1855, una de las prohibiciones expresas que se comunican a la población es la de hacer hogueras para detener la enfermedad, cosa que era de común uso desde muy antiguo. Lo que ocurre es que más tarde la hoguera se instituyó como algo tradicional y asimilado junto, lógicamente, a las fiestas de San Sebastián, protector contra las epidemias.
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