La Guardia Civil, en colaboración con la Policía Local de Calasparra y en el marco de los servicios establecidos para prevenir y perseguir el tráfico de drogas, ha desarrollado la operación ‘Tarica’ que se ha saldado con la desarticulación de un activo punto de elaboración y venta de cocaína en una céntrica vivienda de Calasparra.
El morador del inmueble –español, de 54 años y con abultado historial delictivo– ha sido detenido como presunto autor de los delitos de elaboración y tráfico de droga; y de tenencia ilícita de armas y, después de ser puesto a disposición judicial, ha ingresado en prisión. Además, han sido incautados cerca de un kilo de cocaína, más de 60.000 euros, una pistola y útiles para la manipulación y dosificación de la droga.
La investigación se inició el pasado mes de octubre, cuando la Guardia Civil sospechaba de la existencia de un punto de distribución de sustancias estupefacientes en una vivienda del casco urbano del municipio calasparreño, al constatar en la zona un habitual trasiego de conocidos drogodependientes.
De esta forma, la Benemérita, en colaboración con la Policía Local de Calasparra, estableció dos líneas de investigación dirigidas, tanto a determinar la ubicación del inmueble, como a identificar a sus moradores. Los discretos dispositivos policiales conjuntos establecidos en la zona dieron su fruto, lo que fue comunicado a la autoridad judicial para solicitar el correspondiente mandamiento de entrada y registro.
La fase de explotación de la operación ‘Tarica’ culminó con el registro del inmueble: una vivienda dotada de fuertes medidas de seguridad -puerta principal blindada y con sistema de videovigilancia interior- donde se produjo la localización del sospechoso. Además, se hallaron 816 gramos de cocaína, la mayor parte en roca, así como de los útiles necesarios para su manipulación y dosificación. En la misma caja fuerte donde se localizó la cocaína, los agentes encontraron 63.000 euros, lo que puso de manifiesto los pingües beneficios que esta actividad delictiva, presuntamente, le reportaban.
Durante el registro, los agentes localizaron una faja en un armario -de las habitualmente empleadas como funda interior porta-armas- con una pistola en su interior. El hallazgo de este medio, altamente lesivo, determinó el grado de autodefensa y protección que el sospechoso mantenía sobre su persona y sobre la droga, así como las sospechas de que, en alguna ocasión, pudiera haber portado el arma fuera del domicilio.
Según se desprende de la investigación el ahora detenido –con un dilatado historial delictivo por delitos similares– contaba con una amplia clientela dedicándose, presuntamente, tanto a la elaboración de las dosis -o como se conoce en el argot delincuencial ‘cocinado’ de la droga- como a su distribución. Esta dosificación, manipulando la sustancia en estado rocoso con otras de corte para aumentar su peso, le procuraba mayores ganancias
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