El paro sigue aumentando en Cehegín de forma clara hasta alcanzar a un total de 1.843 personas al cierre del pasado mes. De hecho, en julio el número de desempleados ha crecido en 66 con respecto al dato de junio que fue de 1.777. Se trata de una evolución negativa que evidencia sin tapujos la parálisis que sufre el mercado laboral del municipio. Más aún si se tiene en cuenta que la tendencia en el conjunto de la Región de Murcia y en España ha sido positiva, según los datos publicados ayer por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
Del total de demandantes de empleo en la oficina del SEF en Cehegín, 382 se incluyen en el apartado de comercio al por mayor y menor, junto a talleres de reparación de vehículos; 324 en industria manufacturera; 198 en agricultura; 187 en construcción; 144 en actividades administrativas y servicios auxiliares; y 137 en hostelería, entre las principales actividades.
En esa misma línea negativa también han evolucionado municipios de la comarca como Caravaca de la Cruz, que han pasado de 2.331 a 2.407; o Calasparra, que ha crecido de 877 a 907. En cambio, en este dato parcial de julio, Bullas ha reflejado una ligera mejoría, ya que ha reducido los desempleados de 1.227 a 1.213; y lo mismo ha sucedido con Moratalla, que ha pasado de 847 a 841.
El propio volumen de contratación en el municipio ceheginero constata esta situación, puesto que si en junio se formalizaron 624 altas, en julio se realizaron 549, de los que hasta 541 fueron de tipo temporal.
En todo el territorio regional en julio, la cifra de desempleados se situó en 126.944 personas, lo que supone un descenso de 888 personas, el 0,69%, lo que supone volver a las cifras registradas en el verano de 2010, según informó el consejero de Desarrollo Económico, Turismo y Empleo, Juan Hernández, que advierte de que “se empiezan a corregir de forma sólida los efectos negativos de la crisis en el mercado de trabajo”.
Carlos 5 agosto, 2015 a las 5:24 pm
Y sube… y sube…. Cehegín está muriendo porque la falta de trabajo, de esperanza que no sólo afecta al parado y a su familia, sino que igualmente a comercios de todo tipo, lo cual convierte el grave problema en una espiral diabólica sin fin aparente…