La barraca Cañas y Barro cumple su 20 aniversario en estas Fiestas Patronales Cehegín 2015. Y lo hace como cada año junto a todos los amigos que la integran, que vuelven a disfrutar de las risas, las buenas viandas y las ganas de pasarlo bien. Han pasado ya dos décadas desde que un grupo de amigos y amigas, se juntaron para crear su propia barraca para las fiestas. Y aunque les costó un poco ponerle el nombre, al final consiguieron ‘bautizarla’ así para aquella cita del año 1995. Desde entonces ha pasado por numerosos bajos comerciales de la localidad y, finalmente, desde 2003 ubicados en el Recinto Ferial.
Paco Durán asume el papel de presidente de esta barraca, compuesta por unas 25 personas. Y tal como reconoce él mismo, «las fiestas son para nosotros especiales, porque es una semana en la que estamos todos juntos, conviviendo, compartiendo de todo un poco, echando unas risas, realizando algunas que otras bromas, y recordando aquellos años en que empezó todo, en fin pasándolo bien».
Resalta de forma singular aquellos inicios, «cuando nos gastamos casi todo el presupuesto en bebida». Aunque, conforme ha ido pasando el tiempo, «las comidas y cenas son lo primero». También revela que disfrutan especialmente con el montaje de la barraca, sobre todo cuando «después de cada jornada de trabajo nos tomamos unas cervezas y un aperitivo en una nevera repleta».
Y es que «el primer día de las Fiesta lo pillamos con mucha ganas, así antes de empezar con las migas se corta el jamón, en un ambiente genial entre amigos, y mientras concretamos las comidas y cenas de los demás días, aunque con una copa de más no llegamos a nada en claro hasta el día siguiente», resalta con humor Paco Durán.
‘Cañas y barro’ organiza fiestas de disfraces, ibicencas, fiesta la espuma, etc. Aunque el Día de los Huertanos es la jornada más intensa en el seno de la barraca, «desde que nos levantamos, hasta que empieza el Festibando en la Plaza de Toros», resalta. Otro día especial es el de la Patrona la Virgen de las Maravillas, con la corrida de roros.
Y, finalmente, cuando llega el día 14, los miembros de la barraca, «estamos desechos, cansados y pensando que tenemos que desmontar», pero siempre con el recuerdo de lo vivido «en una semana intensa, en la que lo pasamos muy bien con los amigos, visitando las demás barracas y esperando que lleguen las siguientes fiestas», concluye.
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