En la noche del 4 de abril de 1896, la tranquila calle Mayor de Abajo se transformó en un hervidero donde no se daba crédito a lo sucedido y daba lugar a toda clase de rumores, y es que no era para menos. ¡Había habido un asesinato!
En su domicilio fue hallada sin vida y en medio de un gran charco de sangre Doña Eudosia Ávila Rodríguez * de 44 años, y a un niño recién nacido, que moriría unas horas después. Todas las sospechas recayeron en su marido D. Pedro González Clemente, teniente retirado de Infantería.
A la mañana siguiente tras prestar declaración, ante el juez del partido Sr. Chalud, el marido y una hija, quedaron detenidos e ingresaron en la cárcel; decretando el secreto del sumario.
Los cadáveres de la madre y del hijo fueron llevados al cementerio donde se procedió por los médicos titulares, a practicar las autopsias. En el cuerpo de la madre no apareció lesión alguna y en el del niño se apreció un pequeño golpe en el parietal izquierdo.
Según los primeros comentarios, la mujer se encerró en su cuarto y dio a luz un niño fruto de un desliz ya que era notorio que el matrimonio no hacía vida marital desde hacía tiempo.
Este suceso tuvo cierta repercusión, incluso en la prensa extranjera, aunque con un matiz político fuera de toda verosimilitud.
En el periódico “Le Petit Ardennais” en una nota con fecha de 21 de abril de 1896, decía lo siguiente:
“Asesino por patriotismo:
En un pueblo cerca de Cartagena, el llamado Don Pedro González Clemente, antiguo oficial retirado, casado con una cubana, Doña Eudosia Ávila y padre de varios hijos, ha asesinado a su mujer por patriotismo. Ella, en varias ocasiones, había manifestado sus simpatías por sus compatriotas sublevados y el acérrimo exguerrero después de una terrible discusión, la juzgó, la condenó y la ejecutó junto a su último hijo de algunos meses de edad. “
Traducido por el autor.
*Doña Eudosia Ávila Rodríguez nació en Holguín, provincia de Santiago de Cuba. Hija de D. Ramón Ávila y Dª. Águeda Rodríguez. La conoció cuando D. Pedro estuvo en cuba. Falleció de Hemorragia en el parto y alumbramiento, según certifica el médico D. Florencio Polo. Al día siguiente se le hizo entierro de Cura, Sacristán y dos acompañantes del convento de las Maravillas.
Desde esa fecha hasta la celebración del juicio no consta que estuvieran en la cárcel, aunque vivían en las afueras del pueblo.
El juicio se celebró el 18 de junio de 1897
Causa por parricidio y Asesinato
Constituido el tribunal del jurado presidido por D. Domingo Abellán y el de derecho por D. Amadeo Gil y Casas, comparecieron D. Pedro González Clemente y su hija Dª Matilde González Ávila, acusados de parricidio y asesinato.
El ministerio fiscal dice que entre D. Pedro y Dª. Eudosia desde muy antiguo, profundos resentimientos. Que aunque habitaban en la misma casa, dormían en distintas habitaciones.
Qu la noche del cuatro de abril de 1896, Dª Eudosia se siente indispuesta, se encierra en su habitación y da a luz. Al oír llorar un niño, D. Pedro al darse cuenta de la situación, ya que él desconocía que estuviera embarazada, se enfurece, va a la habitación con el propósito de matar al niño.
Doña Matilde, aterrorizada, saca al niño y lo esconde en diferentes sitios hasta que su padre coge al niño y le da golpes contra la pared.
En referencia a la muerte de Dª Eudosia, la atribuye a la gran hemorragia que tuvo, o a un motivo que no se pudo precisar.
El ministerio público, representado por el teniente fiscal D. Joaquín Alonso, califica los hechos relatados como constitutivos de dos delitos: uno de parricidio del cual es autor el procesado D. Pedro, en cuyo favor es de apreciar la atenuante 7 del art. 9 del código penal, por lo que deberá imponérsele la pena de cadena perpetua y otro delito de asesinato del cual es cómplice su hija Dª Matilde por lo que deberá imponérsele la pena de 10 años y un día de prisión mayor.
La defensa estuvo a cargo del abogado de Caravaca D. Antonio López Melgares, el cual, en su escrito de conclusiones solicita para sus patrocinados la libre absolución por no ser autores de delito alguno.
Declaración de D. Pedro:
Don Pedro manifestó, en sus declaraciones, que al llegar a casa se dispusieron a cenar y que sus hijas le advirtieron que su madre se había acostado con dolor de cabeza y no consintió en abrir la puerta cuando su hija Aurelia le pidió que abriera para coger una llave. Al rato se escuchó el llanto de un niño y como no podían abrir, se quitó una tabla de la puerta, observándose que Doña Eudosia yacía tendida en el suelo con las piernas en la pared cerca de la puerta dificultando la entrada a la habitación. Don Pedro ante la sangrienta escena que se ofrecía a su vista, salió en ayuda y llamó a su vecino Manuel Expósito quien con la ayuda de su mujer pusieron el cadáver de su esposa en la cama.
Declaración de Dª Matilde:
En sus declaraciones en el sumario, dijo: Que en la noche de autos, antes de acostarse llamó a la habitación de su madre, con objeto de sacar una llave, contestándole su madre que no abría porque allí no había ninguna llave.
Que estando ya acostada, y como a las diez de la noche, subió su padre y le dijo: «Levántate que me parece que ha muerto la mamá». se levantó, y en unión de su padre y sus hermanas, entró en la sala.
En otra declaración dijo: que en la noche de autos se acostó temprano y como a las nueve, subió su padre y empezó a llamarla diciéndole:
Qué escándalo; con qué cara me presento yo mañana en el pueblo.
¡Qué lástima de mis hijas! Que también subió y dijo a su hermana María que bajara a auxiliar a su madre. Cuando bajó la que declara, observó que estaba rota una tabla de la puerta y aproximando un quinqué pudo observar que su madre estaba tendida en el suelo en medio de un charco de sangre con una criatura debajo del brazo izquierdo.
Que tirando de un trapo en que se hallaba envuelta la criatura la sacó y escondió en diferentes sitios y por último en el balcón de la habitación en que se hallaba su madre.
Que habiendo oído llorar a sus hermanas salió de la habitación en donde estaba con toda la gente y viendo a la guardia civil diciéndole que venía la justicia, llamó a Isabel Expósito y le dijo que cogiera al niño del balcón y lo llevara a la habitación donde se encontraba su madre, lo cual hizo Isabel. Que el niño cuando lo sacó de la habitación estaba vivo y que quizá al colocar al niño en el balcón, le causara algunas lesiones.
TESTIGOS
Declaración de Manuel Máximo Expósito.
Dijo en su declaración que, a las nueve y media de la noche aproximadamente, se acostó en su domicilio y que no puede precisar la hora en que fue despertado por fuertes golpes en la puerta y que al preguntar quién llamaba, contestó don Pedro González, diciéndole: “Andad y amparadme, que se ha muerto mi mujer.”
Que se vistió, llegaron casa de don Pedro, y entraron por la puerta pequeña, a la vez que D. Santiago, hermano de D. Pedro; que se dirigieron a la habitación de dormir de Dª Eudosia, viendo una tabla de la puerta arrancada; que miraron por el hueco de la puerta y vieron a Dª Eudosia tendida en el suelo con las piernas dobladas y las rodillas apoyadas en la puerta; que empujando el declarante a la puerta, la abrió un poco, entrando de medio lado, verificándolo seguidamente D. Santiago, y como el cadáver se hallaba en camisa y ésta arrollada al pecho, por si entraba más gente, la cogieron entre el declarante y D. Santiago y la echaron en la cama para taparla, y como el declarante vio, al practicar esta operación, un niño recién nacido envuelto en una sábana asomando la cabeza por debajo de la cama, lo cogió, y en igual forma que lo halló lo colocó al lado del cadáver de su madre y encima de las ropas.
Peritos
Informaron en esta causa los siguientes peritos.
Por el ministerio fiscal, D. Bernabé Guerrero y D. José Castillo.
Por la defensa, D. Ricardo Torrecillas y D. Miguel Giménez Baeza.
Absolución
Al día siguiente, a las nueve, terminó en esta sección la vista ante el jurado de la causa procedente del juzgado de Caravaca, contra D. Pedro González Clemente y su hija
Dª Matilde González Ávila, por el delito de parricidio.
Terminadas las pruebas, el ministerio fiscal, modificó sus conclusiones provisionales, retirando la acusación que tenía formulada, contra Dª Matilde, por no resultar cargo concreto contra ella.
El Sr. Alonso, en un brillante informe, mantuvo la acusación contra D. Pedro González, solicitando del jurado un veredicto de culpabilidad.
La defensa del procesado a cargo del letrado de Caravaca, D. Antonio López Melgares, pidió al jurado, en su informe, muy notable, un veredicto absolutorio.
El jurado, después de deliberar, dio veredicto de inculpabilidad y en su vista el tribunal de derecho absolvió al procesado D. Pedro González Clemente.
Biografía de D. Pedro González Clemente
El Teniente de Infantería en la reserva, D. Pedro Alfonso Gregorio González Clemente, nació en Cehegín (Murcia) el 24 de diciembre de 1848. Hijo de D. Francisco González Giménez, comerciante y de Dña. María Maravillas Clemente Abril y Hermano del presbítero D. Antonio González Clemente.
El 18 enero de 1866, recién cumplidos los 18 años, se incorpora voluntariamente al Regimiento de Infantería de Mallorca nº13 que se hallaba en Valencia.
En abril de 1867 ascendió a Cabo 2º. En julio salió con su batallón para Madrid y justo al año siguiente pasó al Batallón Provisional de Escribientes y Ordenanzas. Donde presta servicio de Escribiente en la Dirección General de Infantería. En julio asciende a Cabo 1º y en septiembre a Sargento 2º. Quizá cansado de la vida sedentaria y movido por el afán de aventuras, pidió y le fue concedido, el pase al ejército de Cuba con el empleo de Sargento 2º.
Marchó a Cádiz y el 22 de noviembre de 1868 se embarca en el vapor español “España” arribando al puerto de La Habana el 14 de diciembre, siendo destinado al 2º Batallón del Regimiento de Infantería de España Nº5.
El 22 de enero de 1869 se incorporó a la columna de operaciones de Vuelta-Abajo, allí estuvo todo el año. Por acuerdo de las Cortes de fecha de 6 de abril de 1870, mereció.
“Bien de la Patria” por los servicios prestados contra el enemigo. Participó en múltiples acciones de guerra en diferentes zonas de la isla de Cuba: Cienfuegos, Las Tunas, Holguín, Santiago de Cuba, Camagüey, Matanzas… logrando ascender en el escalafón hasta Teniente por méritos de guerra.
Se casó en la Parroquia de S. Andrés de Guabanabo el 2 de enero de 1877, según el Libro segundo de matrimonios de blancos, folio 37, número 216, con Doña Eudosia de Ávila y Rodríguez, natural de Holguín (Cuba), hija de D. Ramón y de Dª Águeda.
El 24 de agosto de 1878 se embarcó, junto a su mujer y sus dos hijas, en el vapor “Méndez Núñez” con destino a la Península, desembarcando en Santander el 12 de septiembre. De allí marchó seguidamente a Cehegín donde llegó el día 17, quedando en situación de reemplazo.
El 1 de marzo es destinado a Cieza y al ser nombrado habilitado de su Batallón marcha a Valencia donde permanece hasta fin de junio que regresa a Cieza.
En septiembre de 1880 solicita y se le concede pasar a la situación de reemplazo, pasando a residir en Cehegín. En noviembre de 1884 es destinado a Castellón de la Plana hasta fin de año.
Así estuvo destinado en Cieza y Cartagena con temporadas en Cehegín. Al final del mes de septiembre de 1894 pasa a la Reserva, fijando su residencia en el número 22 de la calle Mayor de Abajo de Cehegín.
Durante los 28 años, 8 meses y 13 días que estuvo en el Arma de Infantería mereció los siguientes ascensos:
-18 de enero de 1866, Soldado voluntario de Infantería con premio
-1 de abril de 186, Cabo Segundo de por elección
-31 de julio de 1868, Cabo Primero por elección
-29 de septiembre de, Grado de Sargento Segundo por gracia general
-7 de noviembre de 1868, Empleo de Sargento Segundo por pase a Ultramar
-4 de febrero de 1871, Grado de Sargento Segundo por mérito de guerra
-1 de marzo de 1874, Empleo de Sargento Primero por antigüedad
-25 de enero de 1876, Grado de Alférez por mérito de guerra
-1 de marzo de 1876, Empleo de Alférez por antigüedad
-28 de noviembre de 1877, Grado de Teniente por mérito de guerra
-1 de abril de 1878, Empleo de Teniente por antigüedad
Cruces, Medallas y Condecoraciones obtenidas:
El 6 de abril de 1870, por acuerdo de las Cortes, mereció bien de la patria por los triunfos obtenidos contra los rebeldes de la Isla de Cuba.
El 26 de mayo de 1874, la Cruz Roja del Mérito Militar en permuta del doble Grado de Sargento Primero por orden del Gobierno de la Nación cuyo grado le fue concedido por la acción de Santa Ana de Lleo que tuvo lugar el 9 de julio de 1871.
El 12 de marzo obtiene la Medalla conmemorativa de la Campaña de cuba con el distintivo rojo y seis pasadores, según orden del Exmo. Gobernador de la Isla de Cuba.
El 26 de agosto de 1877 se le concedió dos pasadores más para la Medalla referida anteriormente.
El 23 de enero se le concede la Cruz blanca del Mérito Militar por el regio enlace de S.M. D. Alfonso XII.
Comisiones que desempeñó:
1876- Abanderado de Batallón desde 1º de octubre hasta fin de año.
1877- La misma comisión todo el año.
1878- La misma condición hasta fin de año.
1879- La de Habilitado de su batallón desde marzo a fin de junio.
- En toda su vida militar, sólo dispuso de un mes de baja por enfermedad, desde el 5 de agosto al 5 de septiembre de 1877, que estuvo en los baños de Madruga.
Del matrimonio de D. Pedro con Dª Eudosia nacieron cinco hijos:
Dª Aurelia, Dª Matilde, Dª María Josefa, D. Francisco y Dª Águeda.
Dª Aurelia nace en Cuba en 1876. Sin más datos.
Dª Matilde nace en Guabanabo en 1877. Se casa con Alfonso Sánchez Mata, con el que tiene una hija llamada Eudosia. Muere el 19 de julio de 1907, de peritonitis.
Dª María Josefa, nace en Cehegín el 20 de febrero de 1879 y muere el 4 de agosto de 1904, de peritonitis. Soltera.
- Francisco, nace el 13 de junio de 1885. Se traslada a Madrid y allí el 18 de septiembre de 1910, se casa con Carmen Sánchez Méndez con la que tienen a Juan José, muerto muy joven; Carmen, sin hijos, que fue actriz con el nombre artístico de Carmen Luján y a Isidora, que se casa con Pedro Prieto.
Dª Águeda, nace el 1 de julio de 1888. Sin datos.
Segundo matrimonio:
El 10 de noviembre de 1897, a las cuatro y media de la mañana, y en el Convento de las Maravillas, se casó con Dª Gumersinda Abril Alarcón, viuda de D. Pedro Lorencio Clemente. Como eran parientes en segundo grado de afinidad (D. Pedro González Clemente era primo hermano de D. Pedro Lorencio Clemente), fueron dispensados por Su Santidad y autorizado por el Provisor y Vicario general de esta diócesis. La ceremonia fue oficiada por el hermano del novio, el coadjutor de la Parroquia de Sta. María Magdalena, D. Antonio González Clemente. Fueron sus testigos D. Fermín Muñoz y Martínez y D. Salvador García-Ripoll y Gil (cuñado del novio).
Muere, a la una de la tarde, el día 26 de enero de 1910 de pulmonía, según el médico D. Ricardo López. Contaba 61 años.
Bibliografía:
Archivo Parroquial de Cehegín
Archivo General Militar de Segovia
Diario Las Provincias de Levante
Diario Le Petit Ardennais
Gracias a Juan José Unceta y José Antonio Perea por la información sobre Francisco González Ávila.
Murcia, noviembre de 2019
Juan Espín García-Ripoll
Antonio Peñalver Corbalán 17 noviembre, 2019 a las 11:32 am
Excelente trabajo. Es una historia merecedora de ser novelada por su dramatismo y su veracidad. Enhorabuena Juanito.
Juan Espín García-Ripoll 18 noviembre, 2019 a las 12:31 pm
Te agradezco tu comentario. ¿Quién sabe si en un futuro..?