El general Carreño es uno de esos personajes que me han cautivado desde niño; siempre he querido saber quién era realmente.
Tengo el privilegio-así lo considero yo-de haber nacido en la calle Unión nº 7, esquina calle Cadena (de la), situada en pleno casco histórico de Cehegín. Pasé allí unos años inolvidables comprendidos entre 1957, año en que nací hasta 1974, año en que mi familia y yo abandonamos aquella vetusta casona de cuatro o cinco plantas-ya no lo recuerdo muy bien-, que tenía una entrada de servicio en la calle Cadena y otra principal en la mencionada calle Unión.
La calle Unión, llamada así por confluir en ella las tres culturas: cristiana, árabe y judía que cohabitaban allá por los siglos XIV y XV, es paralela a la Calle Mayor y va desde la Placeta de Los Carros hasta la misma Casa de Las Columnas. Precisamente, una de las callejuelas en cuesta que unen la Calle Mayor con la calle Unión, es la situada frente al mítico ‘Bar Sol’ y se llama calle ‘General Carreño’.
¡Cuántas veces habré cruzado yo esa calle! Siempre lo hacía mirando al cartelito azul de chapa con ribete blanco que pareciera haber estado allí eternamente, anunciándonos que alguien que debió ser muy importante, tuvo el honor de ponerle su nombre; además, colocada en la fachada que, según la tradición, aunque no existe hoy la certeza absoluta, pudiera haber sido su casa mientras vivió en Cehegín. Por cierto, esa placa que lleva su nombre, a día de hoy no se encuentra en el que debiera ser su sitio natural. Esperemos que haya una razón de peso.
Hoy, por fin, he podido saber quién era el general Carreño y, aunque no soy el único interesado en la figura de tan ilustre ceheginero, ni mucho menos, pienso aportar mi grano de arena para rescatarle del silencio del tiempo y del injusto abismo del olvido.
Y lo voy a hacer centrándome solo en aquellos rasgos generales de la biografía del general Carreño y, sobre todo, en la controversia que hasta hoy ha estado viva sobre su lugar de nacimiento. Para conocer a fondo la extraordinaria carrera militar y política del general Carreño, emplazo al lector a conocer el excelente trabajo del investigador ceheginero Víctor J. López Corbalán, sobre tan insigne personaje.
Don Miguel Agustín Carreño Roca de Castro y Diente Morales, nació en Cehegín el día 1 de febrero de 1680. Era hijo de don Damián Carreño y Carreño y de Doña Inés de Castro y Diente Morales. Coronel y Brigadier del Regimiento de Infantería de Burgos y Comendador de Puertollano desde 1.745 a 1759, y también Caballero de Calatrava, en cuya Orden ingresó el 19 de Enero de 1745. Mariscal de Campo de los Reales Ejércitos, luchó en Portugal, Italia y Francia, alcanzando el grado de Teniente General. Fue Gobernador de Ceuta desde 1754 hasta su fallecimiento acaecido en dicha plaza, el día 1 de octubre de 1759.
El general Carreño pertenece por línea paterna a una ilustre familia de fortísima raigambre ceheginera, ya que tanto su padre como su abuelo y su bisabuelo fueron nacidos y fallecidos en Cehegín.
Existe la tradición de creer que era su casa la situada en Calle Mayor nº 16 de Cehegín, con entrada por la calle que lleva su nombre, si bien no existen pruebas fehacientes de ello. Es un edificio barroco de carácter civil del siglo XVII, edificio privado que acabó siendo residencia de don Antonio Álvarez Abril. Posee dos plantas y ático. Destaca en su fachada lisa el singular escudo nobiliario de la familia Carreño, que está en posición esquinada.
Acta bautismal que demuestra la naturaleza ceheginera de don Miguel Agustín Carreño de Castro y que se encuentra en el libro de bautismos nº 9, que comprende desde el 12 de marzo de 1671 hasta el 18 de diciembre de 1683 en su página 229, en la parroquia de Santa María Magdalena de Cehegín:
Miguel Agustín, hijo de D. Damián Carreño y de Dª Inés de Castro y Diente, su mujer. Yo Francisco Corbalán, cura teniente catequicé, bapticé y chrismé en la parroquia de esta villa de Cexín en siete de febrero de mil seiscientos ochenta, el cual nació a primeros de dicho mes de febrero. Fue su compadre D. Damián de Góngora y Molina y lo firmo
Rúbrica: Francisco Corbalán
Don Damián Carreño y Carreño, su padre, nació en Cehegín el día 9 de junio de 1650. Fue Gobernador del Campo de Montiel, Alcalde de la Santa Hermandad de Cehegín en 1672 y Caballero de la Orden de Santiago, en la que ingresó el 22 de diciembre de 1687. Contrajo matrimonio en Madrid el 4 de Abril de 1671, con Doña Inés Antonia de Castro y Diente Morales, bautizada en Estepa (Sevilla) el 3 de Marzo de 1647 y originaria de la casa solar de Diente Castro, de Pedrera, en Sevilla. De su matrimonio nacieron José (Madrid), Miguel Agustín, nuestro protagonista (Cehegín) y Bárbara Josefa (Bujalance, Córdoba).
Su hermano don José Francisco Carreño, fue Caballero de Calatrava. Al igual que su hermano Miguel Agustín, fue militar: capitán de caballería en 1705, siendo ascendido en 1712 a *Sargento Mayor del Regimiento de caballería del marqués de Pozoblanco. Participó activamente en la Guerra de Sucesión. En 1715 fue nombrado Gobernador de la Provincia de Cumaná (Venezuela), empleo que desempeñó con gran aprobación hasta 1720. Fue Gobernador interino de Puerto Rico en 1716.
El General Carreño falleció en Ceuta a los 79 años de edad, el día 1-10-1759, en el ejercicio de sus funciones como Gobernador Político y Militar de esta plaza. En su partida de defunción consta que era soltero y que fue sepultado en el Convento de San Francisco de la citada ciudad, presidiendo el entierro el ilustrísimo señor don José de la Cuesta y Velarde, del Consejo de Su Majestad, obispo de Ceuta.
Andaba yo inmerso en la búsqueda de datos sobre nuestro protagonista y tenía encaminado el artículo que ahora estáis leyendo, cuando el historiador ceheginero Víctor López Corbalán, además de aportarme la mayor parte documental, me puso en antecedentes sobre cierta controversia sobre la naturaleza ceheginera del general Carreño, ya que algunas opiniones sobre la partida de bautismo del mismo, dejaban dudas, a priori razonables, sobre su autenticidad.
Fue precisamente Víctor López quien me puso en la pista del cronista y archivero de Ceuta, don José Luis Gómez Barceló. Una vez me pongo en contacto con él decide, con amabilidad indescriptible, mandarme el documento de ingreso en la Santa y Real Casa de La Misericordia de Ceuta, lugar en el que se acogió para pasar los últimos días de su vida. Efectivamente, este documento de ingreso en tan selecta institución depositado en el Archivo del Ayuntamiento de Ceuta, muestra la declaración del general Carreño certificando su nacimiento en Castro del Río, villa situada al sureste de la provincia de Córdoba, en la campiña, a tan solo 42 kilómetros de la capital. El historiador ceutí, ante mi obstinación en no aceptar este hecho y tras un educado cruce de pruebas y conclusiones, me emplaza a hablar con don Juan Aranda Doncel, doctor en Historia y profesor jubilado, que ostenta el honor de ser el cronista de Castro del Río, aunque residente en Córdoba. Cuando le explico el motivo de mi llamada rogándole que me facilite el acta de bautismo del general Carreño, ante mi estupor, me dice que eso no será posible, ya que los archivos parroquiales de Castro del Río fueron destruidos durante la Guerra Civil. Este hombre educado y encantador, se puso a mi entera disposición a partir de ese momento para lo que necesitara. Tras mandarle al cronista de Castro del Río la documentación de que dispongo, éste se suma a la opinión de mi buen amigo el cronista de Ceuta, basada en ciertos aspectos tipográficos dudosos de la partida de bautismo de la parroquia de Santa Mª Magdalena de Cehegín, así como algún descuadre biográfico.
Es entonces cuando implico en el asunto a Víctor J. Martínez, doctor en Historia y experto, entre otras cosas, en documentos antiguos, para que analice el acta de bautismo del general Carreño en Cehegín. Víctor, tras un exhaustivo análisis, me manda un contundente resultado sobre dicho documento que, textualmente, dice así:
«Tras realizar diversas pruebas sobre el documento escaneado informáticamente, llama la tención cómo, al alterar los niveles fotográficos relativos a capas de contraste, brillo y saturación de dos entradas bautismales elegidas de diferentes páginas que parecen coincidir, y que conviven con otros tantos dispares, ambas reaccionan de igual forma, lo que nos demuestra que utilizaron la misma tinta al plasmarlo sobre el papel que, por medio de la oxidación que provoca la luz, ha perdido contraste.
Otro dato a tener muy presente es la grafología. La mano de escritura es muy similar en los dos textos elegidos. Coincide la inclinación de escritura, la presión utilizada, los caracteres y detalles ortográficos. Podemos afirmar casi con total seguridad que fueron escritos por la misma persona. Es posible introducir un texto, dos me parece improbable además de irrelevante. ¿Para qué?
Respecto a la rúbrica, las entradas eran firmadas por el párroco de turno, en aquel momento el sacerdote D. Juan Corbalán, responsable de la escritura y firma en ambos textos.
Por tanto y como conclusión, el documento es verdadero sin lugar a dudas y no ha sufrido manipulación alguna. Otra cosa bien diferente es que por algún interés lo plasmaran en Cehegín a su nacimiento, dato absurdo si tenemos en cuenta que por aquel entonces solo era el hijo recién nacido de un ilustre ceheginero.»
Ante esta prueba inequívoca y la endeblez probatoria sobre el hecho de que el general Carreño naciera en otro lugar que no fuera Cehegín, que en un momento dado se declara nacido en Castro del Río, como también en un documento de su expediente militar extraído del Archivo General de Simancas (Valladolid), cuya copia obra en mi poder, consta como nacido en Sevilla, y teniendo en cuenta que en el resto de documentos aparece que ‘su nación’ es Murcia, me atrevo a asegurar, de forma definitiva, que el Teniente General de Infantería del ejército español, don Miguel Agustín Carreño de Castro, nació en la, por aquel entonces villa-hoy ciudad-de Cehegín. ¿Cuáles fueron los motivos que llevaron al general a hacerse natural de aquellos lugares de la hermosa tierra andaluza? Tal vez nunca lo sepamos; seguramente los tendría. ¿Por razones de bienestar personal? ¿Por facilitar y agilizar los trámites de ciertos documentos? ¿Porque se lo dictaba el corazón? Seguro que sus razones no eran espurias y sí respetables. Eso lo dejaremos en manos de los extraordinarios expertos en investigación histórica interesados en la figura del general Carreño que, afortunadamente, los tenemos.
*En aquellos años, el grado de sargento mayor, era superior al de capitán en el ejército español.
Quiero expresar mi agradecimiento a:
Víctor J. López Corbalán. Historiador e investigador. Él me ha suministrado gran cantidad de datos biográficos contenidos en este artículo. Es toda una autoridad en el conocimiento del personaje de que se trata.
José Luis Gómez Barceló. Historiador, cronista y archivero de la ciudad de Ceuta. Fue él quien me envió una copia del acta de ingreso en La Real Casa de Misericordia de Ceuta, donde el general Carreño declaró ser de Castro del Río. También recibí de él una magnífica Historia de Ceuta escrita por el presbítero Lucas Caro.
Juan Aranda Doncel. Doctor en Historia y cronista de Castro del Río, por sus notables y enriquecedoras opiniones en las distintas conversaciones telefónicas que he mantenido con él.
Víctor J. Martínez López. Doctor en Historia, por su espléndido análisis tipográfico realizado sobre el acta de bautismo del general Carreño que se encuentra en la parroquia de Santa Mª Magdalena de Cehegín.
Antonio Peñalver Corbalán
Desiderio Rubio 13 julio, 2023 a las 12:12 pm
Me encanta; Antonio, como manejas la pasión y la objetividad en este trabajo tan riguroso. Fascinante la belleza real del escudo esquinero y la imagen hermosa de recuerdos de la infancia.