La Consejería de Agricultura establece las ayudas destinadas a replantar los almendros afectados por la sequía. Para ello prevé una partida global de 24 millones de euros hasta el año 2018. El Boletín Oficial de la Región de Murcia (BORM) ha publicado hoy la orden, a través de un Plan de Recuperación y Replantación de este cultivo.

El objetivo de las ayudas persigue reconstituir el potencial de producción agraria como consecuencia de la escasez de precipitaciones en el año hidrológico 2014 que ha ocasionado graves daños, que superan, en el caso del cultivo del almendro, el 30% de la producción regional. Y donde la comarca del Noroeste ocupa un lugar preponderante en cuanto al predominio de este arbolado de secano.

En cualquier caso, la reconstitución del potencial productivo de este cultivo es un proceso que requiere de un periodo largo de tiempo, con la finalidad de poder permitir a los agricultores disponer de plantas con garantías sanitarias y de condiciones climáticas idóneas para poder efectuar la plantación.

La financiación de la ayuda corresponderá en un 75% a la Unión Europea, a través de los fondos europeos Feader, el 15% a la Comunidad Autónoma, a través de la Consejería de Agricultura y Agua, y el resto a la Administración General del Estado, el 10%, por medio del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

La reconstitución se realizará a nivel de recinto establecido en el sistema de información geográfica de parcelas agrícolas (Sigpac), aisladamente mediante el arranque y reposición exclusiva de los árboles afectados por sequía, o totalmente en los casos que la incidencia de la sequía haya causado el secado de al menos 70 almendros por hectárea o su equivalente. La reconstitución mínima será de 40 almendros por expediente de ayuda.

De esta forma, se pretende paliar las acusada falta de precipitaciones en la Región, que ha producido una sequía extrema que ha ocasionado daños irreversibles en los que han sucumbido masivamente las estructuras de producción de las explotaciones agrícolas, siendo de especial incidencia en el cultivo del almendro. De hecho, peligra la continuidad y supervivencia de muchas explotaciones.