Apagado el ruido de los cascos de los Caballos del Vino y con el agua ya bendita tras al Baño de la Cruz en el Templete, esta tarde a partir de las siete y media la Gran Vía de Caravaca acogerá la Gran Parada Desfile de Moros y Cristianos.
Un paseo medieval que nos recuerda que el final de las fiestas se acerca. Ayer fue un día grande, el día de la patrona, la Santísima y Vera Cruz. La jornada comenzó con la misa pontifical en la parroquia de El Salvador presidida por el obispo de la Diócesis Cartagena-Murcia, José Manuel Lorca, en la que participó la compañía de Armaos de la Vera Cruz que acompaña a la Sagrada Reliquia en sus salidas de la basílica.
Finalizada la eucaristía, el protagonismo fue para los más pequeños con el desfile infantil por la Gran Vía, en el que pudimos ver, a caballo, a los Sultanes Infantiles, Gabriela López y Diego Robles, y a la amazona infantil, Alba Moreno. También a Paloma Campos y Sergio Marín, los nuevos Infantes de Castilla que realizaban su primera salida al frente de los cristianos más pequeños.
Sin olvidar, a los cerca de 30 ponis, acompañados de caballistas, que tras el desfile se trasladaron hasta la Cuesta del Castillo, para hacer su particular carrera de los caballos del vino. Venció la peña Mini Jeque que registró un tiempo de 13, 46 segundos; seguida por Mini Insolente con 13,88 y la peña Caprichito con una marca de 15.50.
Ya por la tarde, la Santísima y Vera Cruz llegó en procesión hasta el Templete para bendecir las aguas de Caravaca y su comarca, ritual que se repite desde 1384. Minutos antes, se había celebrado el Parlamento protagonizado por el Rey Cristiano, Antonio José Espín, y el Sultán Moro, Víctor Manuel López, acompañados ambos por la Reina Cristiana, Patricia de la Cerda, y la Sultana, Cristina López.
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