Pascual Torregrosa, vinculado familiarmente a Cehegín, aunque nacido en Cartagena en 1964, pero molinense de toda la vida, mantiene abierta hasta el próximo domingo 27 de septiembre su exposición de pinturas en la Antigua Iglesia de la Compañía de Jesús en Caravaca de la Cruz. La muestra, inaugurada el 11 de septiembre, se divide en tres apartados: Anochecer (Noctescere), Figura y Paisaje. Se puede visitar de 18.00 a 21.00 horas.
El primero, ‘Noctescĕre’ (anochecer), es un proyecto pictórico formado por once pinturas de tamaño mediano y grande. Versa sobre la noche y el crepúsculo, momento sugerente, inspirador y fugaz. Se incide en la luz artificial, eléctrica, la incandescencia de hogueras, velas, candelas… con sus significados simbólicos, destellos en una suerte de mágica celebración nocturna. Expresada formalmente a través de la figuración escenas, paisajes y momentos sumergidos en una atmósfera que lo es en el sentido más artístico y amplio del término, de ambiente, sentimiento, estado de ánimo, todo ello pretendido en la confluencia de nociones formales; luz, oscuridad, color… y conceptuales: anochecer, tiempo, turbación, ensoñación.
El segundo, Figura, integra un total nueve cuadros de diversos formatos y dimensiones, se muestra la experimentación en la representación de la figura, tanto humana como animal, con especial interés en el retrato, y en la manifestación gráfica –el dibujo cobra aquí especial protagonismo- y pictórica de escenas y grupos de figuras. Un conjunto de retratos ocupan mayormente este capítulo, que es el resultado de la experimentación y el aprendizaje del artista, iniciándose actualmente en este género pictórico, con su familia y él mismo haciendo de ocasionales modelos.
Y el tercero, Paisaje, es un conjunto formado por trece cuadros de idéntico tamaño, con diferentes vistas de distintos lugares, la mayoría atractivos paisajes del noroeste murciano, concretamente de Cehegín, y de ‘El Paraje’, rincón huertano situado en Alguazas. Se trata de un paisaje amable y discreto, sin grandes accidentes geográficos ni elementos de gran espectacularidad, en el que es protagonista la serenidad de lo sencillo, los árboles, las nubes, el agua…, intentando expresar todo ello mediante una pincelada más irregular, con menor definición en el dibujo, y con especial interés en la luz y el color.
Torregrosa, licenciado en Derecho por la Universidad de Murcia, en la actualidad cursa estudios de grado en Bellas Artes en la misma Universidad de Murcia. Artista de vocación artística temprana pero de desarrollo académico y profesional en la madurez, durante la juventud la vocación se manifestó como un ‘hobby’, con esporádicos trabajos artísticos de cierto grado de reconocimiento. Posteriormente largo paréntesis de escasa dedicación a la pintura hasta el momento, ya en la madurez, de los estudios universitarios de Bellas Artes, retomando una mayor actividad pictórica.
Según sus palabras «Siempre he querido ser pintor. Mi familia me recuerda desde pequeño con un lápiz o un pincel haciendo cualquier cosa. De joven participé en concursos y recibí algún premio; pero limité la pintura a un mero ‘hobby’ para estudiar Derecho. Hace unos años quise recuperar esa vocación aparcada».
Hay quien dice que los cuadros de Torregrosa son, a veces, como una fotografía. Afirma el artista que la variedad y la intensidad cromática pesan mucho en sus cuadros, porque se considera un enamorado del color.
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