Se me ha sugerido que traiga a estas columnas la creación y vida del Aula de Cultura ‘Román Bono Marín’, dentro de la naciente obra socio-cultural de la Caja de Ahorros del Sureste de España, que fue germen fundacional, con otras cajas existentes en la provincia de Alicante, de la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia, y que después se convirtió en la CAM.
La Caja de Ahorros del Sureste de España abrió su oficina nº 26 en Cehegín el día 9 de septiembre de 1949, en los bajos de una casa señorial sita en la antigua calle Obispo Caparrós, y muy pronto, siguiendo el ejemplo de las oficinas en Alicante, Cartagena, Murcia, Yecla, Cieza, y alguna más, comenzó a celebrar actos culturales que acogían los salones del Casino.
En uno de los viajes que el fundador y Director General de la Caja, don Antonio Ramos Carratalá, efectuó a Cehegín para pronunciar una conferencia, observó el interés que el público tenía y autorizó que se buscara un solar o casas ruinosas para adquirirlas y acometer la edificación de una sede social propia, cuyos altos se dedicarían a Aula de Cultura y Biblioteca pública.
En la misma calle, una mañana del mes de mayo del año 1957 nació el Aula de Cultura de la Caja de Ahorros del Sureste de España, en la que un grupo de cehegineros y foráneos templaron las fibras de su ilusión y trabajaron por un proyecto multiplicador de la cultura en su ciudad, gracias al mecenazgo de la citada entidad que apostó fuerte por nuestra tierra. Tal efemérides la recuerda la cruz procesional de plata oxidada que preside los cultos en el presbiterio de la Parroquia Mayor de Santa Mª Magdalena, que se donó en aquella ocasión.
A aquella empresa se incorporaron cehegineros y foráneos a quienes ahora quiero recordar: don Ginés de Paco, fray Juan Zarco, Francisco Ribes, Adolfo Mérida, Francisco Ortega Padilla, Joaquín Minguez, Francisco de Sales Álvarez de Hita, José Luis López Fajardo, Antonio Espejo, Salvador Piñero, Ramón Moreno, Manuel Gea Rovira, Pedro López Sánchez, y otra lista de jóvenes entre los que figuran Salvador García Jiménez y Jesús Fernández Ciller, ávidos seguidores de aquella empresa.
Un buen auxiliar de la memoria es la colección de la revista IDEALIDAD que fue donada a la Biblioteca Municipal.
Pero lo más importante es que se creó un ‘Aula’, a modo de Centro de Estudios locales o mini academia, con una Junta Rectora y miembros electos, numerarios y de honor entre los que se encontraban personalidades de la Universidad, periodismo, las Academias, etc…, y que visitaron Cehegín.
Aquel complejo y movimiento cultural llevó el nombre de don Román Bono Marín, relevante figura de Alicante que presidía la Caja de Ahorros y se volcó en que llegaran a ella, además, las mejores actuaciones musicales.
Aquellos miembros activos del Aula fueron ausentándose de la ciudad, el movimiento económico y comercial se trasladó a la Carretera de Murcia y a Gran Vía, por lo que la Caja siguió tales pasos; el edificio fue cedido como obra benéfica al Hospital de la Real Piedad por su estricto valor contable y las actividades culturales se llevaron a la Casa de la Cultura, según programas de colaboración.
Todo esto es historia viva y bien pasada.
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