Las tierras de Cehegín producen ricos frutos y hortalizas, y miles de tallos de flor cortada, pero no son aptas para la trufa negra -conocida también como trufa de Périgord-. Este hongo que crece bajo tierra, y que es muy apreciado en la gastronomía por su aroma, solo puede encontrarse a partir de los 800-1.200 metros de altitud, en suelo calizo y pedregoso, con pendiente suave y un pH entre el 7,5 y 8,5; condiciones que explican su alto precio en el mercado.

Ahora entenderán por qué, por mucho que busquemos, nunca encontraremos en nuestros montes este apreciado hongo. Sin embargo, a partir de ahora, el comercio de la trufa negra estará siempre ligado a Cehegín gracias al Instituto de Fomento y a la concejalía de Desarrollo Local. Ellos han tutelado el proyecto ‘Mercado de Trufas’, un ‘marketplace’ o venta de productos truferos de forma individual, para que los clientes puedan escoger el que más se adapte a su necesidad.

Su creador es Pablo Carceller, uno de los 23 emprendedores seleccionados en la séptima edición del programa ‘Speed Up’ dirigido a proyectos tecnológicos. Este murciano de 36 años se confiesa adicto a LinkedIn, una de las redes sociales más utilizadas dentro del mundo profesional. «En una de mis consultas leí que el Instituto de Fomento lanzaba un programa para desarrollar e impulsar ideas de negocio. En ese momento lo ví claro; como emprendedor, mi proyecto tenía que participar. Esa edición se realizaría online por la Covid-19 pero querían que fuera especial, por ello pidieron la participación de varios AEDL (Agentes especializados de desarrollo local) para que cada proyecto fuera tutorizado».

Carceller destaca que «en mi caso tuve la suerte de que me asignaran a Cati de la Ossa (AEDL del Ayuntamiento de Cehegín) y Esteban Sicilia (AEDL de Moratalla); ambos se involucraron en el proyecto desde la primera reunión que tuvimos, ayudándome hasta en el más mínimo detalle para desarrollar el plan de viabilidad de ‘Mercado de Trufas’. Sin duda, una de las mejores aportaciones que me ha brindado el programa es la participación de Cati y Esteban que, en pocas semanas, pasaron de ser unos desconocidos a convertirse en una parte imprescindible del proyecto».

A esta altura del reportaje, seguro que muchos de ustedes se preguntarán por qué Pablo eligió este producto y no otro para realizar su proyecto de emprendedor. Cómo él mismo nos cuenta, «después de regentar durante 10 años mi propio estudio de diseño 3D y Realidad Virtual, realicé dos másteres en Dirección de Marketing y Marketing Online. Gracias a esa formación entré a trabajar como encargado de marketing en un holding familiar dedicado al mundo de la alimentación con más de 100 años de historia. Un día me comentaron que había comenzado a dar frutos las plantaciones que tenían de trufa negra y me pidieron que realizará un plan de marketing para la creación de una nueva empresa. Ahí es cuando empecé a investigar sobre el mundo de la truficultura, descubrí lo apasionante que es, y decidí que quería ser el capitán de ese barco».

Pero en un mundo globalizado, había que buscar ‘la diferencia’ para que el proyecto fuera realizable. «Nosotros somos pequeños agricultores en el mundo de la trufa y el principal problema al que nos enfrentábamos era que ya había grandes empresas en el sector, por lo que decidimos crear una plataforma donde todos los pequeños agricultores dejaran de vender a intermediarios para entregar sus productos, directamente, al cliente final donde por fin puedan hacer su producción rentable».

Otro detalle no menos importante, y muy novedoso, es la venta indiviudalizada a través de internet. Carceller destaca que «hay varios aspectos importantes a la hora de escoger una trufa fresca, y uno de ellos es la forma. Con la venta a través de la red solo se podía escoger el peso que uno deseaba. Nosotros queríamos dar un paso más e intentar trasladar los máximos aspectos del mercado tradicional al online. Por ello, fotografiamos individualmente cada trufa en 360º para que la escogida en nuestra plataforma sea la misma que llega a tu domicilio».

Pese a la Covid-19, Pablo sigue trabajando en su ‘marketplace’. La web www.mercadodetrufas.com ya está activa y, en la actualidad está desarrollando la logística y los permisos sanitarios, «para que el producto pueda estar en menos de 72 horas en manos del cliente sin que, en ningún momento, se pierda la cadena de frío. En cuando a la recolección, empezaremos a finales de noviembre y finalizaremos a mediados de marzo. Hace 7 años plantamos encinas para las trufas en una sierra granadina. En 2019, cosechamos 35 kilos que vendimos al por mayor; y éste esperamos llegar a los 100 kilos. Será entonces, a principios de diciembre, cuando podremos atender los primeros pedidos ‘a la carta».

Lo cierto es que España lidera la producción mundial de la trufa negra. En Teruel, el municipio de Sarrión alberga la mayor superficie del mundo con cerca de 3000 hectáreas destinadas a su cultivo. Más al sur, en los alrededores del albaceteño pueblo de Riopar también existen árboles micorrizados con trufa; las comarcas castellonenses de Els Ports y El Maestrat, Graus y la zona norte de Huesca, el norte de Álava, Centelles en Cataluña, y Villaciervos y Abejar, en Soria, completan el mapa trufero peninsular.

Y, a partir de este otoño, en una sierra granadina, muy cerca de nuestra comarca del Noroeste, nacerán las primeras trufas negras con ‘acento murciano’.