El prestigioso hidrogeólogo Francisco Turrión Peláez anuncia que la Fuente de Burete, en el término municipal de Cehegín, «ha vuelto a nacer». A través de su blog ‘Las aguas subterráneas de la cuenca del Segura, su mayor tesoro’, publicó ayer que el agua ha vuelto a brotar en el interior del acuífero, enclavado al norte de la Sierra de Burete. Además, destaca que la fuente estaba seca desde la primavera de 1992 -hace por tanto 23 años- a causa del funcionamiento del antiguo pozo de Burete, distante de ella unos 700 metros al sureste.
Turrión, geólogo por la Universidad de Salamanca y Especialista en Hidrogeología Aplicada por la Universidad Politécnica de Madrid, trabaja en la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) desde hace más de un cuarto de siglo. Es especialista en la gestión sostenible de las aguas subterráneas. En su artículo recuerda que el referido pozo, «lleva parado más de dos años por una avería, lo que ha favorecido el aumento de la presión del agua en el interior del acuífero hasta volver a brotar por la oquedad kárstica que da origen a la fuente», tal como se ve en la fotografía que lo ilustra (http://www.franciscoturrion.com/2015/07/renace-la-fuente-de-burete.html).
Añade que «por el principio de los vasos comunicantes, el agua acumulada en el interior de las montañas de la Sierra de Burete, al sur, asciende por dicha falla hasta salir al exterior recobrando, poco a poco, la fuerza que tenía hasta abril de 1992, momento a partir del cual se secó y aforada, en aquel entonces, en unos 15 litros por segundo. En el momento actual, su caudal es de unos 5 litros por segundo».
Se trata de otro ejemplo del tipo más frecuente de fuentes en la cuenca del Segura, «agua que asciende por presión desde el interior de la roca caliza, dolomítica, calacarenítica o conglomerática, a través de una falla o conducto kárstico», indica. Y cita los ejemplos de nacimientos de las Fuentes de Mula y La Fuente de la Rafa (Bullas); La Poza Termal de Somogil (Moratalla); El Gorgotón (Cieza); o los propio Baños de Fortuna.
Por último, en su análisis de lo sucedido, Turrión revela que «no son ni el cambio climático ni las sequías los que las secan, sino la acción del hombre ignorante del daño que puede hacer la perforación y bombeo del agua de un pozo cercano a ellas. Se demuestra aquí, una vez más, que cuando los pozos que las afectan dejan de funcionar, vuelven a nacer incluso en periodos de sequía».
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