«La restauración de las tablas atribuidas a Hernando de Llanos que narran la leyenda de la Aparición de la Vera Cruz de Caravaca, conjunto de pinturas de los albores del siglo XVI que son un tesoro tanto por su calidad y escasez en esta zona como por su programa iconográfico, netamente caravaqueño, es una de las grandes noticias que nos deja este Año Jubilar 2017. Frente a otras actividades que una vez terminadas se difuminan con el tiempo, esta intervención alargará en muchas décadas la vida de estas obras de arte si son convenientemente conservadas, dando perdurabilidad a una inversión que viene a recuperar un valor primordial de nuestro patrimonio artístico.
El mecenazgo artístico por parte de la empresa privada es, felizmente, una realidad que en España se está consolidando y se materializa en este tipo de restauraciones de bienes culturales o en el montaje de exposiciones temporales, como, por ejemplo, y sin ir más lejos, la que hemos disfrutado en Caravaca sobre la escuela de Francisco Salzillo desde febrero a mayo gracias a la Fundación Cajamurcia. Aunque todavía se echa en falta una necesaria Ley de Mecenazgo a nivel nacional que articule este hecho y haga aún más interesante este tipo de proyectos.
En el caso que nos ocupa, la implicación de la Fundación del Banco Santander con la eficaz gestión personal de Angélica Martínez Carrasco, que ha creído en el potencial del Año Jubilar de Caravaca y ha valorado que la calidad de este conjunto artístico justificaba la inversión económica, junto con la colaboración total de la Comunidad Autónoma y la predisposición de la Cofradía de la Vera Cruz, han posibilitado una colaboración público-privada cuyo feliz resultado se verá a partir de julio en la exposición ‘Signum. La gloria del Renacimiento en el reino de Murcia’.
Para cualquier caravaqueño, estas tablas renacentistas, más allá de su papel en la historia del arte murciano y español, forman parte de su acervo cultural. Con ellas hemos aprendido visualmente desde pequeños la leyenda de nuestra patrona, una mezcla de historia y de leyendas que está en la base de la realidad que hoy es nuestra pujante ciudad y su idiosincrasia. Cey Abuceyt o el cura Chirinos son personajes familiares de nuestro pequeño universo y nos otorgan esa identidad de la que en otras ocasiones hemos hablado y que nos diferencia de otros lugares.
Pero la restauración de estas tablas cuenta con otro factor no menos importante si la persona que se encarga de esta intervención es un caravaqueño y amigo, excelente profesional con una amplísima trayectoria en la restauración y conservación de bienes culturales, entre ellos paradigmáticas imágenes de Francisco Salzillo como La Última Cena.
Cuando hace dos años aglutinamos un equipo de personas con el objetivo de compartir ideas, ilusiones y proyectos con el denominador común de trabajar por Caravaca, quisimos tener a los mejores con nosotros. En cualquier parte, y desde cualquier posición, se puede hacer y lograr si hay tenacidad y valentía. El tiempo nos está dando la razón, porque aquellas personas que llegaron a la política libres y con una maleta llena de formación y de experiencia laboral siguen brillando en sus vidas. Si uno de estos compañeros ha asumido recientemente un alto puesto en la Consejería de Educación del Gobierno regional, nuestro amigo Manuel Sánchez, Manolo, decidió con la honestidad y la lealtad que le caracterizan, que sus proyectos profesionales no podían interferir en otros menesteres, para no dañar a nada ni a nadie. Ahora está nuevamente recuperando historia artística de Caravaca en el corazón de nuestra ciudad que es la Basílica de la Vera Cruz, allí donde hace años, en la década del 2000, tanto trabajo desarrolló recuperando ingente patrimonio mueble, como cuadros y retablos. Esa es la pasión y la vocación de Manolo, y uno tiene la certeza, al verle trabajar, que efectivamente tenemos a los mejores con nosotros».
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