Consta de más de 600 piezas entre objetos, esculturas, muebles y centenares de monedas. Entre las más importantes figura la Cruz de Begastri, de propiedad privada y solo exhibida con anterioridad en la exposición ‘Huellas’ y en otra muestra clausurada recientemente en Cehegín. La cruz es de bronce, contiene el monograma de Cristo y  está unida por una cadena a otra más pequeña. Estas cruces se usaban, entre otras ceremonias, en la consagración de iglesias y altares, y los expertos la sitúan entre los siglos VI y VII.

Otras piezas destacadas son la Dama de Cehegín, escultura del siglo III hallada en el paraje de El Tollo y expuesta habitualmente en el Museo Arqueológico de Murcia, y el Ara de Begastri dedicada a Júpiter. Se trata de un altar romano que permitió identificar definitivamente el emplazamiento de este yacimiento tardorromano considerado como uno de los más importantes de la península ibérica.  

Por último, se expone también un fragmento de sarcófago de la primera mitad del siglo IV en el que aparece Adán junto a una serpiente enroscada en el árbol. La presencia de sarcófagos de mármol con figuras esculpidas, y en algunos casos importados desde Roma, sugiere la existencia de una comunidad cristiana en Begastri, que fue una ciudad pequeña pero floreciente, durante el Bajo Imperio.

En la realización del proyecto «Begastri. Un antes y un después» también ha colaborado la Consejería de Desarrollo Económico, Turismo y Empleo, a través de la Fundación Integra, con la creación de piezas audiovisuales sobre el yacimiento que los visitantes pueden ver en la sala.

La riqueza en recursos de la comarca ha propiciado que Cehegín haya sido ocupada desde la época prehistórica. Por eso la exposición del Museo Arqueológico de Murcia abarca desde los periodos calcolítico y argárico, pasando por las tres grandes épocas de ocupación del cerro (ibérica, románica y visigoda) y culmina en el periodo islámico.