‘Los mercados semanales en la historia de Cehegín’. Por Francisco Jesús Hidalgo, archivero municipal y cronista auxiliar

 

 

Ya habrán conocido ustedes la noticia de que el mercado semanal que los miércoles se celebra en Cehegín, debido a las circunstancias que vivimos por la epidemia de Coronavirus, se va a trasladar hasta el parque Ginés Ibáñez. Por este motivo, hoy vamos a hablar un poco sobre los mercados semanales en la historia de Cehegín.

El mercado semanal, en Cehegín fue obtenido como privilegio por una Real Provisión de Felipe II, solicitada por el Concejo con motivo de intentar dar cierto movimiento a las mercancías varias y productos agrícolas y alimentarios, para estimular la economía local. En primer lugar fue instalado en la hoy conocida como Plaza Vieja, que entonces era la que se utilizaba como plaza principal de la Villa. Desde el primer momento se hacía los domingos.

Antes de tener oficialmente mercado, Cehegín ya disponía de una lonja, a tenor de la documentación del Concejo del siglo XVI. Desde tiempos anteriores a la concesión de mercado se vendían en la plaza, de manera regulada por las autoridades concejiles, determinados productos agrícolas y de alimentación, como lo demuestra la documentación sobre la regulación de la venta de pan, frutas, verduras y otros en dicho lugar, lo que conocemos prácticamente desde el año 1511, ya que, como saben los lectores, la Plaza Vieja fue urbanizada en 1510.

El almotacén era la persona que se encargaba de controlar las pesas y medidas en las ventas que se realizaban en la villa tanto en el mercado como fuera de él, para evitar los fraudes en la venta, y además debía de informar a los que llegaban con mercancía de fuera de Cehegín y no conocían las ordenanzas al respecto. Se elegía en el Concejo a la persona que se iba a encargar de ejercer el almotacenazgo. Por otro lado tenía potestad para detener, con auxilio de la Justicia, a aquellos que vulneraban las dichas ordenanzas o que cometían delitos en la compraventa de géneros. Aunque en el siglo XIX este oficio cambió de nombre, básicamente se mantuvo en funciones muy similares hasta ya muy entrado el siglo XX.

Les dejo un documento del año 1551 al respecto de este tema.

«Almotacenía.
Platicose sobre que en esta villa no ay almotaçén, ni se espera que lo abrá, de lo qual viene muy gran daño a la villa , por no tener persona que dé recabdo a las personas que vienen a vender de fuera, parte ni prepese la carne, ni prenda a las personas que van contra las ordenanzas. Hordenóse que el regidor que fuere executor que tenga cuydado de la almotaçenía, ni más ni menos quel almotaçén lo suele hazer, teniendo en su poder los pesos y medidas e todo lo demás neçesario y si quisiere pueda poner en su lugar otra persona que lo cumpla, como el dicho ejecutor lo mandare y que lleve el Concejo la terçia parte, y todo los demás el executor y el que por él sirviere. Y mandose pregonar públicamente.» Acta capitular de 21 de julio de 1551. Archivo Municipal de Cehegín»

Para ser un mercado, en primer lugar requiere una regulación, ordenación y distribución como tal, de modo que en un espacio determinado, se puedan agrupar numerosos puestos de venta de especies varias, que puedan ser sujetas a control por las autoridades, y se permita el servicio adecuado a los compradores.

El mercado se trasladó hasta la plaza Nueva, una vez que esta obtuvo la capacidad y adecuación necesaria para funcionar como plaza mayor, que ya fue en el siglo XVII, terminando las obras a la vez que las de la casa Consistorial, o sea en el año 1676, ocupando el espacio que discurría entre la torre del Homenaje del castillo, el espacio donde hoy están los soportales del mirador y la casa del Ayuntamiento Viejo.

Los soportales de la plaza fueron construidos en 1725, y en el siglo XIX, notando cierta escasez en el espacio ante la creciente población, se decidió habilitar los huecos entre los dichos soportales para instalar allí las carnicerías, creando un habitáculo para cada una de ellas, lo cual servía de complemento también a ese mercado semanal. Dichas carnicerías antes estuvieron, como bien dice el nombre, en los siglos XVII y XVIII en la calle Carnicería Nueva y de las Carnicerías, llamada después del Jardín, durante el Franquismo Hermanos Carrasco y que hoy conocemos como Picasso.

El dicho mercado se mantuvo en la Plaza Mayor, hasta el año 1975. Aprovechando la construcción de la Plaza de Abastos, se ubicó en la calle de Mataró, y hasta hoy en día ha permanecido allí y en la calle Ginés de Paco.

En el año 1975 el alcalde de Mataró, don Francisco Robert Graupera, llegó a Cehegín en visita oficial invitado por la Corporación Municipal ceheginera. Durante su visita, entre otros actos, se dio denominación a la céntrica calle de Mataró, calle conocida y popular. El alcalde de Cehegín era entonces don Juan Corbalán Gil.

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