Más de veinte expertos llegados de distintas universidades internacionales trabajan desde el pasado fin de semana en la Campaña de Excavaciones Paleoantropológicas y Arqueológicas de ‘La Cueva Negra’, situada en la pedanía caravaqueña La Encarnación.
El alcalde, José Francisco García, ha destacado que «la cita cumple este verano su treinta aniversario, con unos resultados que han consolidado a este lugar privilegiado de nuestro municipio en un importante foco de atención para científicos de todo el mundo. Desde el Ayuntamiento agradecemos el compromiso constante de la Asociación Murciana para el Estudio de la Paleoantropología y el Cuaternario (Mupantquat), que tiene un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz y la Universidad de Murcia para que cada año se pueda llevar a cabo esta excavación».
García ha anunciado que «queremos reforzar las medidas de protección al yacimiento caravaqueño y solicitar también el apoyo de la Comunidad Autónoma, a través de sus ayudas para
investigación e intervención en patrimonio arqueológico, ya que es de justicia que las distintas administraciones públicas
apoyen este enclave de referencia internacional para el conocimiento de la evolución humana, donde, con una antigüedad
cercana al millón de años, se localizó el hacha de mano europea más antigua y la primera presencia de fuego hecho por
el hombre fuera de África&rdquo».
La XXX Campaña de Excavaciones Paleoantropológicas y Arqueológicas de la Cueva Negra del Estrecho del Río Quípar
se prolongará hasta el 19 de julio. Después, se realizará una presentación ante los medios de comunicación y se celebrará una jornada de puertas abiertas con el fin de que todas las personas que estén interesadas puedan conocer de primera mano cómo desarrolla su trabajo el equipo multidisciplinar y los avances que se
producen cada verano.
El yacimiento corresponde al final del Pleistoceno Antiguo (o Inferior). La cueva fue frecuentada por seres humanos que dejaron huella de su presencia en forma de restos del fuego y un hacha de mano, siendo ambos los más antiguos de Europa. Además, se han localizado numerosos útiles paleolíticos menores y abundantes restos de fauna, pertenecientes en muchos casos a micro mamíferos y a grandes mamíferos, de los que se pueden extraer conclusiones
sobre los modos de vida y subsistencia del hombre en la Prehistoria.
Los seres humanos que habitaron en la cueva probablemente pertenecieron a la especie extinta del ‘Hombre de Heidelburgo’ que habitaba Europa hace 890.000 años, y fue especie
ancestral del ‘Hombre de Neandertal’.
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