Éste es uno de los padrones que se hacían para realizar los alardes en la villa de Cehegín. El cuaderno comprende alardes desde 1509 a 1518, aunque es una copia (traslado) realizada en 1560. En él viene la relación de los vecinos que estaban obligados a presentar sus armas y caballo anualmente en el alarde. La importancia que las milicias concejiles tuvieron en esta tierra de frontera durante la Reconquista, y también durante el siglo XVI, es manifiesta.
Hasta el año 1770, en que se crea el Servicio Militar Obligatorio, siendo rey de España Carlos III, los ejércitos reales se nutrían básicamente de las llamadas milicias concejiles, además de la contratación de soldados mercenarios y de voluntarios que entraban a servir al Rey. Cada villa tenía obligación de mantener un número de hombres determinado, que siempre iba en función del número de vecinos de la misma, de modo que constantemente se tenía ir revisando y en caso de que alguien muriese o quedase impedido para el servicio de la milicia, inmediatamente debía de ser sustituido por otro hombre, que ocupaba su lugar.
El acceso a la milicia era obligatorio si te tocaba en suerte, pero también podía ser voluntario, de modo que muchos entraban como soldados por propia voluntad, intentando ganar bienes o dinero, como soldado de fortuna, en caso de ser enviado a alguna de las guerras de Su Majestad. Cuando a la villa se le solicitaba un determinado número de hombres para enviarlos a los ejércitos reales debía mandarlo sin demora y sin excusa posible (ya debía de existir una justificación muy importante para que los hombres no acudieran al requerimiento).
Los soldados debían de mantener sus armas, y en función de la renta del mismo éstas eran de un tipo u otro. Pasaban revistas y se hacían alardes donde se comprobaba que estaban en perfecto estado los soldados y su armamento. Si por renta debían disponer de caballo éste tenía que presentarse en condiciones. Si el animal moría debía ser sustituido y pagado por su propietario.
Este padrón de alardes, del año 1509, de Cehegín, es una muestra de la importancia fundamental que los caballeros cuantiosos tuvieron en el Cehegín de los siglos XV y XVI, pues muchos de los que figuran en el listado lo son. Eran llanos, pero fueron consiguiendo importantes patrimonios. Estos cuantiosos, labradores ricos, serán el germen de las grandes familias nobiliarias de los siglos XVII y XVIII en Cehegín, pues su dinero les valdrá para conseguir la hidalguía, o bien emparentar con familias nobles foráneas.
El papel de estas milicias concejiles fue fundamental para la defensa de la villa y la frontera hasta la caída de Granada, incluso más importante que el papel directo de los caballeros de Santiago en la defensa fronteriza.
Imagen: Padrón de alardes de Cehegín, año 1518. Archivo Municipal de Cehegín.
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