Calasparra celebró ayer el 50 aniversario del debut de Victorino Martín en La Caverina con un toro indultado. Su nombre es ‘Plebeyo’, marcado con el número 10, corrido en quinto lugar y lidiado por Curro Díaz. Con él, el de Linares volvió a lucir su torería con la capa y la muleta. Pases ligados, con sentimiento, que le valieron el indulto del astado, al que, también hay que decirlo, sólo recibió un puyazo.
Con el primero de la tarde, Curro Díaz toreó por el pitón izquierdo ejecutando los mejores pasajes de su actuación pero a la hora de matar necesitó cinco pinchazos, y en el segundo se cortó en el rostro con la espada y tuvo que ser atendido en la enfermería.
El incidente obligó a Antonio Puerta a lidiar con el cuarto toro, el más deslucido. El de Cehegín lo intentó pero el animal se resistió. Lo cierto es que tuvo más opciones con el segundo de la tarde, al que brindó a Victorino hijo y con el que se lució al capote en tres verónicas y media. Pero la estocada cayó desprendida y tuvo que echar mano del descabello, con el que acertó al segundo intento. Hubo leve petición de trofeo y ovación para el torero, que saludó desde el tercio.
En cuanto a Filiberto, su primero embistió con bravura por el pitón derecho. El novillero lo toreó en el centro, con tandas ligadas en redondo, con excelentes pases de pecho. Aunque no tuvo el mismo acierto a la hora de matar y el premio se quedó, también en ovación. Más suerte tuvo con el sexto al que logró cortar una oreja al finiquitarlo al primer intento con la ayuda del descabello.
Al final, salida a hombros de Curro Díaz acompañado por el ganadero. Sin olvidar que antes del paseíllo se estrenó el pasodoble Victorino Martín, de Juan José López. Y tras el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de Víctor Barrio y se exhibió una pancarta recordando que fue espiga de oro.
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