Laura Giménez de Béjar
Abogada experta en Internet y Nuevas Tecnologías
Hace unas semanas conocíamos a través de ‘La Panorámica’ que para octubre de este año está prevista la celebración de un Congreso de innovación educativa en Cehegín, actividad muy interesante tanto para profesores, padres, como para los propios alumnos, en un momento social en el que los cambios están a la orden del día y hay que ir recalculando constantemente el rumbo. Desconozco el programa de dicho Congreso, los temas concretos que van a ser analizados, pero a riesgo de equivocarme me gustaría plantear una reflexión-propuesta.
A estas alturas ya somos conscientes de que vivimos en una sociedad en la que todo (o casi todo) tiene un aspecto tecnológico. La tecnología ya no está al alcance de unos pocos sino que cualquier persona puede disfrutar de los medios que nos ofrece el mercado. Y ello, tanto adultos como menores de edad. Según datos del Observatorio Inteco (www.inteco.es), dos de cada tres menores españoles de entre 10 a 16 años tiene un teléfono móvil propio y el 88,6% de ellos hace fotografías con este dispositivo, un 48,2% las envía a otras personas y un 20,8% las publica en Internet (datos del año 2.009).
Partiendo de estos datos, como abogado experto en internet y nuevas tecnologías y en contacto directo con los problemas legales que el uso de la tecnologíaplantea me permito la licencia de tratar de concienciar de la necesidad de educar a los menores sobre el uso de las tecnologías e Internet y prepararles para que sepan qué es lo que se puede y lo que no se puede hacer en la Red, las ventajas y los riesgos que la tecnología puede conllevar.
Desde diversas asociaciones y a través de webs como www.protegeles.com, www.pantallasamigas.net, www.reclamacionesonline.com,…se viene incidiendo en esta necesidad de educar tecnológicamente. Los profesionales que nos dedicamos a ello nos encontramos con el problema fundamental, a la hora de tratar el tema, de que los menores no son conscientes de los ataques que puede sufrir su privacidad, porque fundamentalmente no entienden que esto sea un valor que haya que proteger.
No son conscientes de que los contenidos que manejan en Internet (enviar fotos, videos, etc. ) pueden llegar a ser conocidos por “desconocidos” o difundirse de forma masiva. Existe una menor consciencia del riesgo y un exceso de confianza. A ello hay que añadir la inmediatez de las comunicaciones, que hace que un impulso momentáneo pueda convertirse en algo imposible de parar, lo que se conoce como “ausencia de período de reflexión”.
Todo ello, junto con el hecho de que los menores se encuentran en un momento vital de desarrollo de la personalidad y necesitan tener diferentes tipos de experiencias, sin aceptar en la mayoría de ocasiones que un adulto les aconseje sobre cómo responder ante determinadas situaciones. Ello hace que en algunas ocasiones los menores desarrollen determinadas conductas, que en muchos casos pueden llegar a ser delictivas sin que sean conscientes de ello, o lleguen a convertirse en víctimas de delitos cometidos por adultos o incluso por menores.
¿Cuáles son este tipo de conductas delictivas?
Desde el conocido ‘ciberbullying’, que consiste en el uso de medios telemáticos para ejercer el acoso psicológico entre menores(casos de chantaje, insultos, vejaciones, usurpación de identidad, etc., entre menores usando las TIC), pasando por la conducta del ‘grooming’, que son prácticas ‘online’ que utilizan ciertos adultos para ganarse la confianza de un menor, fingiendo empatía con una finalidad sexual, como el sexting que consiste en el envío de archivos de contenido sexual (fundamentalmente fotografías y videos) de forma voluntaria a otras personas a través del uso del teléfono móvil, vía SMS, y que puede derivar en ciberacoso, grooming, amenazas a la privacidad del menor, riesgos psicológicos para los menores derivados de la exposición de su intimidad y posibilidad desextorsión, hasta lo que se conoce como happy slapping, que consiste en la acción de grabar el alumno al profesor en clase en el momento en que se le está ridicualizando para luego subir este contenido a la Red.
Como vemos, los riesgos derivados del mal uso de las tecnologías son evidentes. Por eso es fundamental promover una educación tecnológica que enseñe a nuestros hijos que la tecnología nos ayuda en muchos aspectos, tanto a nivel personal como profesional, pero que su uso tiene que ser ”con cabeza”, y siempre bajo la perspectiva de que no debemos hacer en la Red algo que no nos gustaría que nos hicieran, respetar nuestra privacidad y la ajena y sobre todo, comportarnos en el ciberespacio de igual forma que en nuestro mundo físico, porque Internet no es un entorno anónimo aunque lo parezca.
Quizás el Congreso de ‘EduAcción’ en Cehegín sería un buen escenario para tratar de alguna manera este tema. Como digo, desconozco si está previsto algo en este sentido. En cualquier caso, desde aquí lanzo la idea!
Aún no hay comentarios en este artículo